El poder de la unidad, el poder para el empleo

Óscar Barreto Quiroga

Hace 20 años se trabajaba en la elaboración de la visión 2025 como hoja de ruta para el desarrollo de departamento del Tolima, cientos de reuniones y numerosos recursos invertidos en diagnósticos y estudios relacionados con la vocación competitiva del departamento, han hecho parte de una retórica que quizá en su momento fue la fuente para diferentes actores para dinamizar el tan anhelado desarrollo económico, que tanto se ha esperado durante cuatro lustros. Hoy después de tantas iniciativas algunos siguen empeñados en la elaboración de diagnósticos y estudios para definir cuáles deben ser las apuestas productivas o rutas de desarrollo.

He podido escuchar en cientos de oportunidades hablar de las ventajas comparativas y competitivas del departamento, hablar de articulación entre los sectores para impulsar la vocación agroindustrial, logística y turística, pero sin aumentar la participación en el PIB regional, sin generar riqueza y mucho menos empleo. Si bien es cierto con un gran trabajo que hicimos, en los últimos cuatro años, el Tolima mejoró los índices de competitividad y mejoró el desempeño en varias cadenas productivas, me asalta una inmensa preocupación y es la economía de subsistencia que predomina, una muy alta tasa de informalidad, en especial en la ciudad de Ibagué, donde para nadie es un secreto que el común denominador es el desempleo.

  El tejido empresarial actual es insuficiente para generar empleo desde el sector privado que es el más importante motor de la economía, el sector público genera empleo, pero más que ser un gran dinamizador de la economía gracias a las inversiones, en especial por las obras de infraestructura, debe ser un generador de condiciones para la inversión privada, condiciones tales como mejoramiento de servicios públicos, disponibilidades y licencias a tiempo, conectividad, seguridad jurídica, son entre otras, algunas de las alternativas  para  generar nuevos emprendimientos y atraer inversión.La cultura con todos sus actores integrados es un ancla para un turismo transversal donde desde Ibagué como epicentro se vendan destinos de naturaleza para toda la región, cada evento cultural debe abrir un abanico para todos los sectores, la cadena textil confección dotada de elementos diferenciadores enfocados en moda y nuevas tendencias, las cadenas productivas enfocadas en nuevas dimensiones agroindustriales, que generen riqueza y por efecto empleo de calidad, Ibagué y otros municipios se perfilan como ciudades de servicios y centros logísticos en temas de abastecimiento, todo esto es posible si entendemos el poder de la unidad, de la asociatividad para el desarrollo. 

En prospectiva se pueden visionar diferentes escenarios, diversos futuros, todos por construir, el futuro no se predice, el futuro se construye, no con retórica, si con liderazgo, estrategia y acción; hacer debe ser el verbo rector, visualizando tendencias, comparando modelos y trabajando con expertos en el terreno, no desde los escritorios. En buena hora la Gobernación, Alcaldía, Cortolima y el Sena, trabajan de manera articulada en la elaboración de políticas de desarrollo económico y social, igualmente la Cámara de Comercio de Ibagué, ha podido ponerse de acuerdo entre sus actores para acompañar esta tarea de interés general, a la cual deben unirse las universidades de la región.

Observo un Tolima proyectado dentro de una región central, que por norte y sur abre nuevas oportunidades, la entrada del departamento del Huila a la RAPE, debe ser vista como una oportunidad para el sur del departamento, esquemas asociativos para los municipios del norte y del sur que se articulen con las cámaras de comercio de Honda y el Espinal, trabajando sobre una línea de construcción de futuro a 2040, hacen parte de una nueva hoja de ruta con más conciencia, pertenencia y pertinencia en la mente de los actores (gobernantes, gremios económicos, universidades), que harán posible este nuevo reto que debemos asumir todos y cada uno de los tolimenses, el poder de la unidad es la herramienta más importante, para generar un desarrollo económico sostenible, enfocado en cadenas globales competitivas, generadoras de oportunidades y empleo que es la petición más sentida por los ciudadanos.

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