Conjugando verbos

Alberto Bejarano Ávila

Un atisbo al coloquial lenguaje cotidiano de los tolimenses permite notar que los verbos de acción más conjugados y practicados son: protestar, especular, quejarse, elogiar, denunciar, imitar, odiar, pontificar, presumir, tener, descalificar, obedecer, pedir.

El atisbo igual revela que los verbos menos conjugados y practicados son: construir, imaginar, escuchar, dialogar, respetar, acordar, unir. Este, sin duda, incompleto paralelo a algunos les parecerá tonto, pero en otros podría motivar una honda reflexión sobre la verbalización y su efecto conductual en la vida tolimense, sobre todo en cuanto respecta a sus construcciones colectivas.

Por convicción o de dientes para afuera, todos y en todo momento expresamos la necesidad de enrumbar al Tolima por las vías del desarrollo y de ahí que cada acometida gubernativa, política, social y privada se sustente en esta urgencia. Frente al casi unánime clamor de que el progreso no da más espera, se aprecia que quienes lo plantean por convicción y quienes lo plantean de mentiras, se diferencian por su verbalización y que los verbos de acción con más peso revelan cuál es nuestra cultura del desarrollo y cuál la viabilidad para construirlo.

Acéptese o no, la verdad es que la única construcción que podemos decidir colectivamente los tolimenses es nuestro propio desarrollo socioeconómico, en lo demás somos accidente sin margen de maniobra y por ende aquellos que desean un país mejor deben entender que éste se edifica desde nuestro propio patio; igual, deberían saber que la polarización la origina el país político que divide para medrar, no el Tolima que podría unirnos para avanzar y por ello lógico es creer que la región tendrá futuro cuando otra racionalidad invite a construir y no a enfrentarnos y a encarar el debate nacional respetando las creencias de cada quien.

¿Pensar disruptivamente es frase para hablar bonito o es esfuerzo neuronal para construir la región? Por experiencia personal diría que lo primero, pues cuando alego el regionalismo (tesis disruptiva para mí), suele ocurrir que algún derechista me tilda de izquierdista o algún izquierdista de derechista o dicen que es incorreción teórica.

Esa lógica maniquea muestra que caímos de lleno en una polarización sectaria que no acepta matices políticos diferentes que podrían encauzar al Tolima hacia el desarrollo; solo procede insistir. Corolario: las ideas disruptivas hoy son políticamente incorrectas. ¡Pónganme ese trompo en la uña!

A favor de las ideas disruptivas juega el hecho de que los actores “políticamente correctos” nunca construyeron siquiera un ápice de desarrollo y sí mucho atraso y que el regionalismo nunca tuvo oportunidad porque el electoralismo polarizó y loteó al Tolima para preservar su influjo.

Por ello, se cree que el progreso lo traerán quienes trajeron el atraso y se ignora que, luego de tantos cuentos de desarrollo, el subdesarrollo es lo único que podemos palpar y medir. Claro, el pensamiento disruptivo hoy no aporta votos ni imagen y por ello elegibles y elegidos apelan a lo mediático para magnificar lo insubstancial y ampliar el circulo vicioso.

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