Frente al tarjetón electoral

A horas de marcar mi voto para elegir a Gustavo Petro como Presidente, quiero disculparme con las escasas centenas de personas (algunos con ideas opuestas a la mías, pero casi todos mis amigos) que en grupos o privadamente figuran como contactos en mis dispositivos, por el agobio causado con mis opiniones y reenvíos atinentes al proceso electoral.

“Pedagogos” de odios y miedos

Tengo plena convicción de que, con el triunfo del Pacto Histórico, el 19 de junio comenzará el fin de la infamia política que, con violencia, clasismo, racismo, engaño y corrupción, ubica al país en primeros lugares del ranking global de desigualdad social.

“Si no te gusta algo, cámbialo”

Seguramente coincido con millones de progresistas en que del resultado electoral del 29 de mayo nos quedó un sabor agridulce que exige análisis racional y no emocional, conclusiones y acción decidida ante la segunda vuelta.

Líder histórico o vergüenza política

Impactó la denuncia del concejal Rubén Darío Correa (El Olfato, mayo 11 del 22) de la oferta de mil quinientos millones y más canonjías para que se “bajara de su campaña a la alcaldía” y adhiriera a la campaña del “actual” Alcalde de Ibagué. Además de tal denuncia, conocimos otras sin ningún desenlace, seguramente por extemporáneas, por no sustentarse o porque “la justicia es para los de ruana”. De todas formas, el valeroso proceder del concejal le abre camino electoral hacia octubre del 2023, claro, si demuestra coherencia y, sin egolatría, acompaña a un proyecto político que trasforme al Tolima trasformando a Ibagué.

Foro, ágora o circo

El grave y progresivo deterioro de las condiciones de vida de los colombianos obliga centrar la atención en la elección del próximo 29 de mayo dado que, en más de setenta años, ahora es cuando más cerca hemos estado de la posibilidad de elegir para comenzar el gran cambio cultural y estructural en Colombia. Incoherentes e inconsecuentes son hoy las tibiezas y los tibios porque la encrucijada solo indica dos caminos, o cambiar o seguir sufriendo el atraso y sus efectos.

¡Es el gamonalato histórico!

Por los mensajes y el feeback de los diálogos casuales deduzco que fue bien recibida la idea planteada en pasados artículos respecto a fundar, de cara a las elecciones del 29 de octubre de 2023, una gran coalición que redima al Tolima de su decadencia moral y económica y lo conduzca hacia el progreso. Pero tal vez no fui claro cuando dije que esa coalición tenía que derrotar al gamonalato, pues quise aludir al gamonalato histórico, pero, así parece, algunos creyeron que me refería al gamonalismo coyuntural y, por ser éste un parangón crucial para reinventar la política, considero necesario explicar la diferencia entre los dos conceptos.

Empieza el gran cambio tolimense (II)

Prometí sustentar el porqué la única opción que existe para reconstruir al Tolima es que las personas con diferentes maneras de pensar, pero coincidentes en el honrado interés por el futuro tolimense, reinventen la política.

Empieza el gran cambio tolimense (I)

Todo indica que un consciente espíritu transformador está naciendo en Colombia y, quienes creemos que las agudas, injustas e innegables (aunque no falta el ‘avestruz’) evidencias de atraso están haciendo metástasis, tenemos esperanza de que mayo 29 sea fecha que selle un hito histórico porque ese día pueden fracturarse las perversas fuerzas regresivas e iniciar el, sin duda, complejo proceso de transformación espiritual, cultural, moral y estructural que haga de Colombia ejemplo de modernidad, progreso e inclusión social.

Momentos de la verdad

Hoy Colombia está frente a un cruce de caminos que no son optativos para cada quien, pues el camino que decida la mayoría de ciudadanos en mayo 29 es el que todos tendremos que transitar, al menos hasta 2026 y, además, en 2023 el Tolima enfrentará similar encrucijada (de ello diré luego).

Buenos vientos para el cooperativismo

Uno no entiende porqué, siendo elemental, en el palabreo ideológico y programático de los candidatos tolimenses a elecciones nacionales, nadie (y nadie es nadie), propuso ideas para construir democracia económica como fundamento esencial de la democracia política y así validar, intelectual y moralmente, su pretensión electoral.