A Dios rogando y con el bolillo dando

Éste es un caso parecido al de Dominique Strauss-Kahn con la mucama africana. Sólo que Strauss iba a ser candidato presidencial y el Bolillo apenas entrenador de la selección.

El primero en una de sus salidas como Director del Fondo Monetario Internacional decidió usar a Nafisatou Diallo como si se tratara de las toallas del hotel en que se alojaba, cuando salía del baño, pero como la Diallo no secaba como las toallas, decidió más bien mojarla a ella. Y se armó la de Troya.

En Colombia nuestro flamante entrenador de fútbol decidió emprenderla contra su amante a la salida de un bar y con golpes de izquierda y derecha la iba noqueando, hasta que apareció un indigente que cuidaba los carros y le detuvo el bolillo cuando le seguía dando. Y se dio el lujo de insultar a nuestro técnico diciendo que le pegara a un hombre más bien como él y no a su compañera. Y se armó la gorda. Tal cual. En el primer caso, los franceses se solidarizaron con Dominique por cuanto había de por medio una presunción de inocencia y había que esperar a que se investigara y se fallara el caso, para ahí sí deducir la responsabilidad de Strauss. Pero además, había de por medio una larga tradición francesa en que sus políticos se han dado toda clase de licencias con amantes, concubinas, prostitutas y todo lo que se quiera, sin que pasara nada. Se hablaba de las amantes de Chirac, de Sarkosy, de Mitterrand el grande, que no de De Gaulle, la figura intocable. Pero los norteamericanos sacaron a relucir la lealtad de pareja dentro de los matrimonios y además el derecho a la igualdad, como buenos demócratas, al no parar mientes en cuanto a la personalidad del agresor, de talla internacional y hasta futuro Presidente de Francia, ¡Oh la lá¡ En el segundo caso también la opinión se dividió: los unos para sacar a relucir los derechos de la mujer, el agravio que se le había hecho con los “bolillazos” de la noche de tragos y por lo tanto debía renunciar a la dirección de la selección y ser encausado penalmente. Y los otros, que ya se había hecho una gran inversión para que la selección estuviera en forma para el próximo campeonato mundial y que además, como lo dijo el hermano del Bolillo, ni que hubiera matado a alguien. Que por tanto, no se le debía aceptar la renuncia.

Todo parece indicar que primará este parecer y el Bolillo continuará en la dirección del seleccionado. Lo cual quiere decir que cuando salgan los jugadores de la selección en tierras extrañas como Argentina y las barras bravas empiecen a gritar a voz en cuello, !bolillo, boludo, a la mujer dale duro!, los pobres jugadores de la selección no podrán hacer nada. Y en las graderías se verá toda clase de pancartas como: “¿Bolillo por qué no le pegás a la madre que te parió?”. Y cosas por el estilo.

Credito
RAÚL PACHECO

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