Crítica escasez de oro para consumo interno

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Resulta increíble que en Colombia, uno de los 20 países que más exportan oro en el mundo, los joyeros no consigan quién les suministre oro legal para poder producir sus joyas. Las exportaciones de este metal en nuestro país a diciembre de 2013 fueron de 52 toneladas, equivalentes a 2.078 millones dólares. Es insólito que frente a estas cifras hoy este sector no pueda conseguir internamente 20 kilos mensuales.

Desde principios del año pasado, el sector atraviesa por una de las más grandes dificultades en el desarrollo de su actividad, ya que el Banco de la República, que históricamente ha sido su principal proveedor de oro, manifiesta no tener inventario disponible para vender a los empresarios.

Y es que la gravedad de la situación es tal, que por no contar con un proveedor formal que dé cumplimiento a los requisitos legales, los joyeros se vean obligados a importar el mismo oro que exportamos, ya que para ellos no es una opción abastecerse en el mercado ‘sumergido’, o de dudosa procedencia.

Lo anterior, ya que las autoridades aduaneras exigen el certificado del Banco donde consta el pago de regalías e IVA en los procesos de exportación del oro, como materia prima para reimportar el producto en su primera etapa de manufactura. Y los grandes comercializadores destinan su producción a la exportación, por los beneficios tributarios de esta actividad al estar exenta del pago de IVA, y no están interesados en venderles por la baja cantidad que demandan.

Pero de toda esta situación los únicos perdedores no han sido los joyeros, sino los consumidores, por el incremento de aproximadamente el 20% del precio de las joyas al ser fabricadas con oro importado. Recordemos que estos productos no están reservados para la gente pudiente, ¿qué niño no recibe una cadenita, un dije o unos aretes en cualquier fecha especial?

Es lamentable que, a pesar del esfuerzo del gremio y de los empresarios en manifestar esta problemática y lograr que les garanticen el abastecimiento interno, un año después el tema siga sin resolver y estén en riesgo más de 300 mil empleos directos o indirectos. Esto no tiene justificación lógica de ninguna clase.

Comprar oro reciclado promueve la inseguridad, la delincuencia y, obviamente, el contrabando. ¿Será, entonces, que la única manera de que los joyeros mantengan sus negocios, muchos de ellos con más de un siglo de existencia, es que se conviertan en informales?

Credito
GUILLERMO BOTERO NIETO Presidente de Fenalco

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