Isagen o la terquedad

Mauricio Cabrera Galvis

Comienza el año económico con una mala noticia para el país: el Gobierno se salió con la suya y la próxima semana va a vender Isagen. Ha sido un proceso cuestionado, criticado y hasta demandado en múltiples instancias, pero con una tenacidad digna de mejor causa el Ministro de Hacienda ha superado todos los obstáculos y el 13 de Enero hará la subasta en la que el Estado colombiano venderá por 30 monedas una de las últimas joyas de las empresas públicas.

La últimos tres presidentes intentaron vender Isagen para tapar los huecos fiscales, pero para fortuna del país no lo lograron. Pastrana lo intentó en 1999 pero se lo impidió una oportuna sentencia de la Corte Constitucional. Uribe quiso hacerlo desde el 2002, pero solo en el 2007 pudo vender el 19.2 por ciento de las acciones.

En el 2010 intentó vender el resto pero se encontró con la oposición de todos los candidatos en la campaña presidencial. Uno de ellos dijo en un discurso en Adesco: “Isagen es una empresa estratégica para el país. Es una empresa que además ha sido muy bien manejada. Que no la privaticen”. Otro afirmó: “No me gusta vender activos del Estado para tapar huecos fiscales”.

El gobierno Santos reactivó en Agosto de 2013 el proceso de privatización de Isagen, pero lo tuvo que suspender tres veces: dos de ellas por medidas cautelares del Consejo de Estado y una más por petición de los posibles compradores.

Sorprende el consenso político en contra de la venta de Isagen. En Mayo pasado 80 senadores de todos los partidos, encabezados por Serpa, Navarro, Robledo y Uribe, presentaron una constancia pidiendo al Gobierno no vender a Isagen, pero el Ministro desdeñó esa petición y contra viento y marea va a realizar la subasta. Ante esa negativa la senadora Sofía Gaviria ha planteado que el Partido Liberal se debe retirar de la coalición de gobierno y los ministros liberales renunciar a sus cargos.

Más allá del debate político hay que insistir en que hay alternativas para obtener recursos para las carreteras y que es muy mal negocio vender una empresa tan rentable. Para demostrarlo basta ver lo que hubiera perdido el Gobierno -y todos los colombianos- si se hubiera vendido a los precios que intentaron los anteriores gobiernos.

Pastrana valoró la empresa en 900 mil millones de pesos y cuando Uribe vendió el 19.2% se valoró en $3.1 billones. El precio fijado por el gobierno Santos cuando inició el proceso hace dos años era $7.7 billones y con la última revisión lo subió a $11.2 billones. En 15 años el valor de la empresa se ha multiplicado por casi 13 en términos nominales o por 10 si descontamos la inflación. No hay ninguna inversión, ni financiera ni social, que le hubiera dado al Gobierno esa enorme rentabilidad.

Hay pérdidas que ya se dieron y no se pueden recuperar. El 19.2% que Uribe vendió en $592 mil millones hoy se vendería en $2.2 billones. Otras se ha evitado por las demoras del proceso, pues en el 2013 el gobierno hubiera obtenido $4.5 billones por su 57.6% de acciones y hoy espera venderlo en $6.5 billones, es decir un aumento del 45%, que tampoco hubiera obtenido invirtiendo esos recursos en carreteras. En el futuro Isagen seguirá aumentando de valor; ¿por qué el Estado debe regalar esa valorización?

COLETILLA: Interesante recordar quienes fueron los candidatos cuyas declaraciones del 2010 se citaron arriba. La primera es del vicepresidente Germán Vargas y la segunda del presidente Santos. También las finanzas públicas son dinámicas.

macabrera99@hotmail.com

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