La popularidad de Trump

Mauricio Cabrera Galvis

macabrera99@hotmail.com

Impresionante el espectáculo de la convención del Partido Demócrata en Estados Unidos y el lanzamiento de la candidatura de Hillary Clinton. El escenario, la coreografía, los actores, la puesta en escena, en fin todo cuidadosamente orquestado para cautivar a los millones de televidentes y transmitir con efectividad los mensajes necesarios para enfrentar la dura campaña electoral que se avecina. Una semana antes, la dividida convención republicana que proclamó candidato a Donald Trump, pintó un panorama muy pesimista sobre la situación de EUA; un país en crisis con mucha gente empobrecida, gobernado por un negro comunista, amenazado por la violencia y el terrorismo, invadido por inmigrantes. Frente a tan caótica situación aparecía la promesa de Trump: “Hay que hacer grande a América otra vez, y yo puedo hacerlo solo”. En una impresionante demostración de unidad, los demócratas en su convención cerraron filas alrededor de Hillary con la participación de todos los pesos pesados del partido y respondieron con dos mensajes centrales. Uno de optimismo: América ya es grande y salió de la crisis gracias a las políticas de Obama, por lo tanto hay que mantener el rumbo y la más capacitada para hacerlo es Hillary. Otro criticando a Trump, mostrando su incapacidad para dirigir el país. Sorprendente la dureza de las críticas a Trump: que es un tipo temperamental e inestable al que no se le podía confiar el control de las armas nucleares; que es un ignorante en materia de relaciones internacionales; que es un racista que desprecia a los que no son blancos y un machista que ofende a las mujeres; que rechaza a los inmigrantes ilegales pero los contrata en sus empresas con salarios bajos.

Uno de los críticos más duros y contundentes fue Michael Bloomberg, el multimillonario que fue alcalde de New York, quien le dijo a Trump que era un tramposo que había hecho su fortuna estafando a proveedores, clientes, pequeños accionistas y estudiantes. Más sorprendente aún es que todas estas críticas son ciertas y no han podido ser refutadas. Entonces surge la pregunta. ¿por qué cerca de la mitad de la población norteamericana dice estar de acuerdo con Trump y lo apoya?

Una de las razones es que este candidato recoge el descontento de una mayoría de blancos, trabajadores de clase media que han visto disminuir sus ingresos y deteriorarse su nivel de vida. Lo que es inexplicable es que esos descontentos apoyen las políticas pro-ricos de un partido republicano, que desde Reagan con sus rebajas de impuestos, ataques a los sindicatos y desregulación de los mercados, han sido las causantes de su empobrecimiento. Es el gran misterio de la popularidad de Trump.

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