Frenos a la economía

Mauricio Cabrera Galvis

Cuando se aplican los frenos el carro pierde velocidad y se frena –así lo descubrió Perogrullo-; y si va en subida, corre el riesgo de empezar a retroceder. Eso es lo que le está pasando a la economía colombiana que ha frenado su tasa de crecimiento hasta un ínfimo 0.2% en el último trimestre (equivalente a solo 0.8% anual) porque le están aplicando todos los frenos de la política macroeconómica cuando está subiendo la empinada cuesta de la debilidad de la economía mundial.

Asombra (que no sorprende) el aparente desconcierto que mostraron el Gobierno, el Banco de la República y muchos analistas al ver las cifras de la desaceleración de la economía. Todos se declararon sorprendidos (que no asombrados) por la ralentización del PIB y redujeron sus pronósticos de crecimiento para lo que resta del año. Se parecen a la señora que le dice y le repite al chofer que frene, y cuando este lo hace lo mira extrañada y le pregunta ¿por qué va tan despacio?

Los frenos –o aceleradores- que en el corto plazo pueden aplicar las autoridades al carro de la economía son la política monetaria y la política fiscal. Con la primera, en particular con la subida de las tasas de interés, desestimulan la inversión y el consumo de los hogares; con la segunda reducen la demanda cuando se suben los impuestos y se recorta el gasto público. Los analistas económicos han insistido en la aplicación de ambos instrumentos, las autoridades han seguido el consejo y ahora todos a una se declaran sorprendidos.

El Banco de la República lleva casi dos años y medio subiendo las tasas; lo ha hecho 16 veces desde abril de 2014 llevándola de 3.25% hasta el 7.75% vigente en la actualidad. En la última reunión de su Junta Directiva hicieron una pausa y no la subieron más, pero ya el daño estaba hecho y el freno estaba funcionando.

Enfrentado al dilema de la estanflación (bajo crecimiento y aumento de la inflación), el Banco optó por desestimular la demanda y así enfriar la economía, aún a sabiendas que el origen de la inflación no era un exceso de demanda sino factores de costo como las malas cosechas agrícolas y la devaluación.

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