Un buen arreglo o un mal pleito

Mauricio Cabrera Galvis

“Más vale un mal arreglo que un buen pleito”, suelen decir los abogados litigantes, significando que en caso de disputas conviene llegar a un acuerdo aunque no satisfaga las expectativas de las partes, en lugar de un pleito cuyo resultado es incierto además de ser largo y costoso. Algunos tratan de aplicar este refrán al acuerdo con las Farc, pues con resignación piensan que se justifica cederle algo a la guerrilla (el mal arreglo) en lugar de continuar una guerra que puede ser justa pero que es costosa, larga y dejará muchos muertos (el buen pleito). Es una analogía equivocada, porque el “Acuerdo para construir una Paz estable y duradera” es todo lo contrario: es un buen arreglo que es mucho mejor que un mal pleito. Votar Sí para apoyar el acuerdo es un buen arreglo, porque voluntariamente y por las buenas se acaba la guerrilla más antigua de América Latina, entregan las armas y aceptan las reglas de la democracia y el Estado de Derecho que durante 52 años trataron de destruir.

Votar No y rechazar el acuerdo es un mal pleito, porque significa seguir tratando de acabar con las Farc a punta de bala, sin ninguna garantía de que se logre hacerlo, como no lo ha podido hacer el Estado durante cinco décadas. Votar Sí y apoyar el acuerdo es un buen arreglo para el Ejército, porque ahora tendrán el monopolio de las armas; porque no tendrán que sacrificarse más soldados en combates estériles; porque no habrá más heridos ni mutilados. Por eso la exclamación espontánea de un soldado profesional, de esos que llevan años en la selva persiguiendo a la guerrilla, matando y viendo morir a sus compañeros fue “¡Que bueno que se acabe esta vaina!”. O lo que han dicho los generales que toda su vida combatieron a las Farc: “para el Ejército la paz es la victoria”.

Votar No y rechazar el acuerdo es continuar un mal pleito, porque continuarán las minas y las bombas, porque otros millones de víctimas serán desplazadas, porque la violencia traerá más violencia. Votar Sí y apoyar el acuerdo es un buen arreglo para las víctimas, porque les pedirán perdón, tendrán la posibilidad de conocer la verdad y podrán reconciliarse. Se liberarán del dolor de su tragedia, porque el perdón como dijo Ghandi, no cambia el pasado, pero sí puede cambiar el futuro. Votar No y rechazar el acuerdo es un mal pleito para la Justicia, porque implica aceptar que los jefes de las Farc sigan en la total impunidad, porque en todos estos años de combate no han podido ser juzgados ni condenados. Votar Sí y apoyar el acuerdo es un buen arreglo para la economía del país, porque a una Colombia en Paz llegarán más turistas a conocer esos paisajes hoy prohibidos.

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