Pido la Palabra: Curso para hombres II

Queremos informar a los lectores que el diplomado para hombres que abrimos en esta columna la semana pasada, cuenta ya con 14 inscritos que han sido obligados por sus esposas a matricularse en este exhaustivo programa de formación masculina, del cual seguimos presentando el plan de estudios.

Nuestro tercer módulo, “Superando el complejo de Edipo”,  tiene 64 créditos y una intensidad de dos mil horas, lo cual parece una exageración para un diplomado, pero dicha carga es necesaria dada la complejidad del tema a tratar.

 

El profesor Sigmun Frocha, con métodos hipnopédicos, consigue que los participantes repitan hasta 10 mil veces al día: “Mi mujer no es mi madre ni es la muchacha del servicio”, alcanzando importantes avances en la superación de la fase fálico-oftálmica, logrando que algunos maridos puedan apreciar las diferencias entre su esposa y su madre a 10 metros de distancia, pese a sus enormes parecidos y a que ambas sean gordas y tengan estrías.

 

Lograda esta brillante fase de diferenciación, la cátedra se centra en atender el duelo traumático que sobreviene en los hombres ante tamaño descubrimiento y en buscar que aprendan a vivir sin su madre, lo que genera en ellos una castración de sus apetitos sexuales que logramos recuperar en el curso con tanto éxito, que algunos empiezan a acostarse rápidamente con la muchacha del servicio, lo que constituye todo un avance en la consolidación de conductas exogámicas importantes para el desarrollo filogenético de la especie.

 

Como agregado especial este módulo cuenta con un taller práctico para enseñar a los maridos a planchar una camisa en menos de cinco horas. Posteriormente se ingresa al módulo de teología avanzada dictado por dos jesuitas, un rabino y un pastor pentecostés, que lograron depurar los grandes misterios que intranquilizan el espíritu masculino como, por ejemplo: ¿el guayabo requiere atención en urgencias? ¿Trapear y cocinar te deja cuadripléjico? ¿Que se acabe el papel higiénico guarda relación con el Apocalipsis? ¿Regalar flores después de dos años de matrimonio es un atentado ecológico? ¿Pedir información si estamos perdidos genera impotencia? ¿Dónde se guarda la plancha? Finalmente un vedanta tibetano enseña delicados ejercicios de yoga para alcanzar el nirvana cuando la esposa maneja y el hombre es el copiloto.

 

Culminamos con un taller práctico de cocina avanzada dictado por Álvaro Freddy  Basile, donde los maridos aprenden las diferencias entre los canelones y la canela, un cubo de caldo de gallina y un cubo de basura, aceite de oliva y Oliva es aceitosa, tiramisú y tírame tú, azafata y azafrán, una pizca de sal y un pavo relleno.

 

Las mujeres creerán que la diferencia es obvia, pero todo hombre sabe que las pizcas y los pavos se parecen mucho. En este curso los maridos aprenderán que no se requiere llamar a un odontólogo para extraer dos dientes de ajo, ni al traumatólogo para macerar una cabeza de ajo. Incluso aprenderán qué significa macerar y no volverán a usar las macetas del jardín para tal efecto. Debo decir que en este curso se han hecho logros impresionantes.

 

Algunos maridos han dejado de intentar matar los patos a naranjazos, que fue para muchos el punto de partida para preparar el pato a la orange y otros han logrado superarse tanto que aprendieron a usar el microondas gracias a un refuerzo de inglés técnico que les permitió entender los significados de “on” (encendido) y “off” (apagado) que tanto problemas causa con los electrodomésticos del hogar. Inscribe a tu marido. 

Credito
RICARDO CADAVID

Comentarios