Ibagué, ciudad sostenible

Camilo Ernesto Ossa Bocanegra

El impacto que genera en la ciudad de Ibagué, el reciente fallo del Consejo de Estado es mayúsculo y debería marcar un punto de inflexión en la recuperación económica de la ciudad y, por supuesto, en el modelo de desarrollo a implementar en el mediano y largo plazo. Recordemos que, en días pasados, el Consejo de Estado confirmó parcialmente el fallo emitido por el Tribunal Administrativo del Tolima en el mes de julio del año anterior, en dicho fallo del Tribunal, se declaró a los “ríos Coello, Cocora y Combeima, sus cuencas y afluentes como entidades individuales, sujetos de derecho a la protección, conservación, mantenimiento y restauración a cargo del Estado y las comunidades”, por los peligros, tanto al medio ambiente, como a la salud de las personas, que representan las actividades de explotación y exploración minera en las zonas aledañas a las fuentes hídricas, prohibiendo así la realización de estas actividades. La decisión que fue confirmada parcialmente por el Consejo de Estado reconoce los derechos de los cuerpos de agua de los ríos que surten a Ibagué.
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Se hace necesario entonces buscar la reactivación económica local que sustente en otro modelo de ciudad el desarrollo y crecimiento económico, alejado de la exploración y explotación minera, por lo menos en las zonas aledañas a estos ríos, teniendo aquí una oportunidad propicia para convertir a Ibagué en una ciudad sostenible, máxime cuando en la ciudad no se cuenta con el anhelado plan de reactivación, pues la Administración Municipal, hasta ahora, sólo ha destinado esfuerzos a la reapertura gradual de las actividades económicas.

Para lograr esto, el Foro Económico Mundial publicó, en colaboración con el Gobierno Local de Amsterdam, un informe con “sugerencias para lograr una cooperación eficaz entre entidades locales y el sector transporte, con el fin de hacer las ciudades más sostenibles, seguras e inclusivas”, tres aspectos, entre muchos otros, sobre los cuales necesitamos avanzar para el bienestar de los ciudadanos. Según este informe, las ciudades sostenibles en materia de transporte, deben girar en torno a “la gestión de datos compartida, el uso del espacio público y el impacto de la infraestructura, la seguridad, la inclusión y la equidad, el trabajo justo, la movilidad compartida, la transición limpia y la integración multi-modal”, pudiendo así impactar positivamente el emprendimiento local, a lo cual debería agregarse, dado que una ciudad sostenible no se mide sólo en transporte, un correcto aprovechamiento del sector agroindustrial y una apuesta decidida para convertirnos en la capital logística de Colombia, con el fin de jalonar el crecimiento local, especialmente hoy día que seguimos ubicados en el segundo lugar de desempleo a nivel nacional con un 32,7% según el último boletín oficial del Dane.

No hubo momento más oportuno para el fallo del Consejo de Estado, porque hace algunos días se viene anunciando por parte de la Administración Municipal la inversión en obras de infraestructura para la ciudad, pero que deberían ponernos en contexto de sostenibilidad a futuro, como un modelo de crecimiento y desarrollo para Ibagué, muy en sintonía con los retos y obligaciones que nos impone el tiempo actual y que nos pide estar preparados para los años venideros.

CAMILO ERNESTO OSSA B.

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