Supervivencia

Camilo Ernesto Ossa Bocanegra

Desde el inicio de la pandemia nos han vendido la idea de un falso dilema entre vida y economía y, hoy, debemos ser reiterativos en que son los dos, donde debe existir una articulación perfecta entre la gestión de la Administración, tanto en prevención, como en atención de salud, para poder garantizar la reactivación económica que necesita la ciudad y que nos permite asegurar, a nosotros como ciudadanos, el mínimo vital de subsistencia.
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Las restricciones a las libertades de los ciudadanos son inversamente proporcionales a la gestión en salud de nuestros gobernantes. Dicho de otra forma, entre más restrictivo es el aislamiento nos demuestra que la gestión, tanto en prevención como en atención, en materia de Covid-19 ha sido deficiente. Claramente uno de los principales factores que han contribuido al aumento de los casos ha sido la indisciplina social, pero no es el único, ya veremos un par de datos.

En relación a la indisciplina social me surgen varios interrogantes: ¿qué han hecho, con eficacia, tanto la administración municipal como la departamental, para controlarlo? ¿Cuántos recursos han invertido en programas de prevención de la enfermedad? ¿Cuántos recursos han invertido en programas efectivos de cultura ciudadana para hacerle frente a la indisciplina? Es necesario precisar que la única salida no puede estar dirigida a la prohibición y la restricción. Miremos sólo dos ejemplos que nos muestran que el problema no es único y exclusivo de la indisciplina social.

Primero. Según el Instituto Nacional de Salud –INS-, al día viernes 8 de enero, Ibagué aparece en el top 10 de los municipios con mayor tasa de incidencia del virus con 6.319,69 por cada 100 mil habitantes, lo que resulta preocupante por ser un medidor de la velocidad del contagio en la población y supondría un descontrol de la pandemia en el territorio. De ahí la importancia de comenzar a revisar el trabajo realizado para controlar la pandemia, porque algo –o mucho- está fallando para llegar a una ocupación UCI por encima del 90%. En el siguiente enlace se puede revisar la tasa de incidencia del virus en Colombia: https://www.ins.gov.co/Noticias/Paginas/coronavirus-filtro.aspx.

Segundo. El mismo Instituto Nacional de Salud, según datos reportados el 3 de enero del 2021, en el Departamento del Tolima se tarda, en promedio, ¡15 días! en el reporte de los casos, esto es, el tiempo que transcurre entre el momento de la aparición de los síntomas de una persona y el reporte del caso positivo. Sólo hay tres departamentos más demorados, en el promedio, que nosotros en el país, Vichada, Vaupés y Chocó, en ese orden. Entonces ¿qué tan eficiente es el cerco epidemiológico que puede estar haciendo la autoridad de salud? Estos y otros datos se pueden constatar en el siguiente enlace: https://rpubs.com/rundav5/covid19colombia.

Superar esta crisis requiere el concurso de toda la sociedad en general, por un lado, una correcta inversión en cultura ciudadana para atacar la indisciplina social, pero por el otro, unas administraciones públicas eficientes, técnicas que vinculen el mejor capital humano para el bienestar de todos y todas y que incluya, a parte de una gestión suficiente en el manejo de la pandemia, incluir unas medidas económicas que permitan recuperar el empleo para garantizarle a la población condiciones de crecimiento y supervivencia –estas cuarentenas nos pueden llevar a un abismo de pobreza-.

CAMILO ERNESTO OSSA BOCANEGRA

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