¿Dónde queda el centro?

Camilo González Pacheco

En lo físico, se entiende por centro el punto o lugar que está en medio, equidistante de los límites o extremos. Sencillo. Pero no tanto para situarlo políticamente, donde el centro aparece como intermediario o árbitro de posiciones antagónicas de derecha y de izquierda.
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Históricamente, la división entre derecha e izquierda viene desde la Revolución Francesa, por el lugar donde estaban sentados sus integrantes: al lado derecho del recinto de la Asamblea se ubicaban los defensores de los intereses de la iglesia católica, la corona y la aristocracia. Al lado izquierdo, los defensores de los intereses de los comunes. El centro estaba ahí físicamente, pero políticamente no existía. 

En nuestro entorno nacional, la cosa no es tan sencilla. Fácil situar la derecha y la izquierda. Lo complicado en nuestra nación, aquí y ahora, es ubicar el centro en el terreno político. ¿Dónde está el centro?. Podemos precisar que en nuestro país, la derecha -entre ellos el otro “centro”, el Centro Democrático- expresa principalmente los intereses económicos y políticos del sector financiero y de los terratenientes. En otras palabras, de los dueños económicos y políticos del país. Por ello, políticamente son enemigos acérrimos, entre otros temas, de cualquier propuesta de reforma agraria o financiera. Pretenden impulsar reformas, ajustadas a sus intereses particulares, en especial en lo relacionado con el poder judicial, y en revertir los avances en acuerdos históricos de paz nacional. 

La izquierda democrática, por su parte, abandera las urgentes y necesarias reformas económicas y sociales, en procura de alcanzar una Colombia justa, nuestra y en paz. 

Precisados los puntos anteriores, valga la pena preguntar: 

¿A qué sectores económicos y sociales expresa políticamente el centro en Colombia?. La respuesta fácil, pero engañosa, sería la de  defensa de las clases medias y populares. De la paz y del desarrollo nacional. Pero, en la realidad política, no es cierto. El centro, es sinónimo de tibio. No tiene propuestas concretas. No existe como partido o movimiento político. Sus eventuales militantes, pretenden quedar bien  a toda hora, con todo el  mundo, en todos los temas. En especial, cuando alguien coyunturalmente declara pertenecer a ese nebuloso espacio, para no contradecir con nada ni con nadie.  

Internacionalmente, se critica al centrismo por carecer de principios. Lo mismo, que por estos lares. En lo económico, intenta armonizar la libre empresa con el intervencionismo selectivo del Estado. No nace  -contrario al liberalismo o del socialismo- de una concepción del hombre y del Estado. Se define más en función de la posición ideológica de otros. Su función estratégica principal, allá como por acá, está en esconderse bajo ese mote para conquistar votos de izquierda y de derecha.

CAMILO GONZÁLEZ PACHECO

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