El apreciado ¡No!

José Javier Capera Figueroa

Los amigos de la paz no son tan amigos como parecen ser, y no es una superstición sino una apreciación que parte del negocio (burocratizado) que se está generando al interior del país. En primera medida, el cuento de que “con paz haremos más” no es tan cierto, son algunos sectores los que se están llevando por partida doble los “recursos de la paz” a partir de diplomados, talleres, fundaciones, proyectos sociales y la incorporación en los gobiernos locales de políticas públicas que sólo se ven orientadas a canalizar la bomba de dinero que se encuentra flotando en el escenario de la paz.

Tal como lo demuestra la información suministrada por uno de los portales más centralizados en cuestiones políticas: “El Gobierno nacional tiene una cuenta abierta con el Grupo Palco para pagar estos gastos que en el 2015 ascendieron a $962 millones, cifra constante desde el inicio de los diálogos en 2013” véase: http://www.las2orillas.co/el-millon-de-dolares-que-colombia-paga-en-cuba-por-la-mesa-de-dialogo/.

Otro de los asuntos radica que Universidades como los Andes, Rosario, Salle, Nacional, entre otras, se han convertido en las gestoras de programas y proyectos enfocados no sólo a recibir los recursos estatales, sino a establecer una lógica en el mercado (educativo) donde predominen ciclos de acumulación y recepción de capitales en su mayoría públicos.

Es decir, se ha puesto en marcha una serie de iniciativas de educación para la paz pero en función de las grandes transnacionales y gremios que ven con gran deseo la concreción de los acuerdos. Véase: http://colombia2020.elespectador.com/pais/el-posconflicto-y-la-educacion-superior-privada; Por supuesto que es necesario contar con el apoyo de los diversos sectores para construir procesos de democratización y mayor participación horizontal para este fenómeno complejo de la paz pero otro asunto radica en hacer de esta idea- efímera un elemento que transcienda lo público y mercantilice la misma condición de la paz.

Uno de los teóricos más críticos sobre el tema de la paz el Dr. Luis Jorge Garay mencionaba que “Los acuerdos de La Habana básicamente son un acuerdo de élites” véase: http://lasillavacia.com/historia/los-acuerdos-de-la-habana-b-sicamente-son-un-acuerdo-de-lites-luis-jorge-garay-55462

Los argumentos expuestos radican en que la esencia de los puntos, encuentros y acuerdos nunca se ha tocado temas estructurales como la educación, la salud, el modelo económico, la política internacional, las reformas político-electorales o en su defecto la función social del Estado, no sólo se trata de buscar cuotas asistencialistas sino en proporcionar herramientas para que los sectores más oprimidos y que han sufrido la violencia logren constituir proceso de liberación e identidad sobre la importancia de convivir en una sociedad posiblemente en paz.

Es por ello que emerge la necesidad de construir un imaginario que tenga como base la necesidad y el gusto de pensar una sociedad que haya superado los sentimientos, la mentalidad y el deseo de vivir en un escenario donde predomina la noción de las violencias. El impase que deseo mostrar es que “El apreciado ¡No!” de los sectores de partidistas que tiene afinidad con la bancada del partido Centro – Democrático tampoco dejan a un lado la idea de que sus programas, proyectos, fundaciones, gremios, alcaldías y gobernaciones sean su principal eje para hacer de la paz el negocio redondo del momento.

En definitiva, falta mucho por recorrer y tengo ánimos que los intentos por superar la época de la violencia tardía y sanguinaria está llegando, y pasemos a un contexto de posibles acuerdos de convivencia que sean verídicos. Por otro lado, si persiste la lucha política, económica y burocrática por hacer de este momento histórico un talón de Aquiles para seguir reproduciendo una lógica de explotación, exclusión y fragmentación social –en unos años dirán nuestros hijos, hermanos y familiares otro “acuerdo” que terminó en unas simples hojas de papel.

Coletilla: Un fuerte abrazo a la delegación Afrodescendiente en los Juegos Olímpicos, mujeres y hombres que ha mostrado una vez más el ímpetu y la vocación por los sueños y la lucha por realizarlos, espero que se mejore el apoyo material e inmaterial para las generaciones que viene siguiendo estos ciclos gloriosos del deporte- ¡Sí a la Vida, no a la mina! ¡Sí a la consulta popular, no al genocidio ambiental en nuestros territorios!

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