La otra Mocoa

José Javier Capera Figueroa

La “vaina” esta dura mencionaban los viejos y claro cuando miramos lo que está viviendo la realidad colombiana no paramos de sorprendernos. Pareciera que somos el país de las tragedias vamos desde los feminicidios (Yuliana y la funcionaria de la Universidad del Tolima sólo por mencionar algunos) hasta la avalancha ocurrida en Mocoa, esto deja mucho que pensar de nuestros tiempos. Desde cuando en la tierra de Macondo las cosas suceden y al pasar el tiempo se convierten cada vez en algo más natural.

Ahora sí aplica el viejo dicho “cuando no es nuestro a quien le importa” por supuesto, es de reconocer que existen otros tipos de ciudadanos que muestran su solidaridad, manifiestan su indignación y llegan al punto de proponer alternativas para seguir el camino, si algo tenía claro José Arcadio era la mentalidad de echar Pa´adelante frente a las circunstancias, tanto así que tuvo la valentía de crear Macondo y llevar a un plano de otra realidad a cada uno de sus habitantes.

En efecto, la tragedia sucedida en Mocoa nos deja perplejos pero nos invita a pensar ¿cuáles fueron las circunstancias?, ¿por qué ahora Mocoa es el centro de atracción? Y ¿quiénes son los actores responsables de esta situación? Son grandes interrogantes que nos invitan a reflexionar sobre lo que existe “detrás” de esta fuerte realidad, que vive el pueblo de Mocoa, y en particular las familias que diariamente deben cargar con el recuerdo de ver a sus seres queridos- muertos y desconcertados por no saber qué pasará con sus proyectos, aún más algunos no han podido ser localizados lo que se convierte en una constante incertidumbre en sus corazones. 

La falta de planeación sistémica es la muestra del vacío estructural que posee el gobierno colombiano, desde hace mucho se sabe que el centralismo capitalino es una de las problemáticas más complejas de la democracia colombiana. 

Mientras actores/movimientos/ organización sociales y civiles reclaman mayor participación política y deliberación – argumentativa frente a las decisiones gubernamentales. La política de este gobierno se ha caracterizado por ver las regiones sólo como instrumentos de producción y canalización de recursos. Asimismo, las grandes instituciones/entidades/organismos (Fiscalía, Procuraduría, Defensoría del pueblo, Embajadas, Universidades pública – privadas, centros de investigación, Oenegés entre otros) se localizan en Bogotá, Medellín y Cali: las otras dos en menor medida. Haciendo que las regiones como el Pacífico, la Orinoquia, la Amazonia, la insular y el Caribe sufra los problemas de llevar una política  de planificación territorial e institucional insuficiente  frente a circunstancias como la que vive Mocoa.

Bien lo menciona el Maestro Eduardo Aldana Valdez en su célebre libro “Planeación y estrategia. En Colombia: Universidad de los Andes. 2001” donde aporta elementos profundos para comprender la falta de eficacia que existe en las instituciones colombianas, y la necesidad de fomentar un proceso de modernización, en cada una de estas estructuras rígidas que con el paso del tiempo son conducentes a la concentración y obstaculización de los avances necesarios que merecen las regiones del país. Véase: https://ediciones.unibague.edu.co/index.php/galeria-bibliografica/416/view/81/obras-eduardo-aldana-valdes/106/planeacion-en-entidades-de-educacion-superior  

En conclusión, no debemos dejar que Mocoa se convierta en un simple centro de lastimas/donaciones/ ayudas humanitarias tal como paso con el terremoto de Armenia, este suceso debería ser la pauta para exigirle a las instituciones y el gobierno nacional transformaciones estructurales en todo los campos ( educativo, salud, seguridad pública, cultural, territorio, infraestructura) no se puede dejar pasar las cosas como sin la familias y las victimas no tuvieran sentido después de lo ocurrido, estamos obligados a mirar los obstáculos de pobreza, corrupción, violencia ( guerrillas, bandas criminales, paramilitares) que existen en la región de Mocoa, que como muchas sólo aparece cuando las regalías, sus bienes naturales y su cultura indígena es instrumento para mostrar la diversidad política y los axiomas constituciones de nuestra democracia colombiana. 

Ya han pasado ya 16 días cuando se conoció la tragedia: han llegado miles de ayudas por parte de organismos internacionales, gobiernos, sociedad civil e instituciones más ayudas necesitamos por supuesto, solidaridad y apoyo a este territorio pero debemos reconocer los obstáculos históricos de pobreza, centralismo e invisibilización que ha sufrido esta zona del país como ellos son muchos los que todavía viven la deuda de nuestra democracia cada vez más paradójica y llena de oportunidades para construir mejores instituciones congruentes con las demandas de los territorios, las comunidades y los procesos colectiva de los actores sociales. Tal como lo debería ser, si estamos pensando en una pedagogía para la paz y la construcción de la misma desde abajo y con los de abajo. 

caperafigueroa@gmail.com

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