Un balance del paro cívico en Buenaventura

José Javier Capera Figueroa

Los gritos siempre sonaron fuertes, la resistencia en las calles y la movilización de cientos de familias fueron una de las piezas fundamentales para demostrar a las élites, al Gobierno y a los sectores tradicionales de que están hechos los ciudadanos de Buenaventura, la importancia de la región y lo vitales que son los procesos de organización comunitaria, ahora sólo queda seguir trabajando y tener esperanza de que el acuerdo pactado entre el Gobierno y el comité del paro cívico será una “nueva” historia para las comunidades negras, el territorio, la tierra, el puerto y la calidad de vida que muchos desean en la tierra de Petronio Álvarez.

El lema ‘Buenaventura se respeta, carajo’ nunca dejó de sonar: la unión de los artistas, cantantes, maestros, líderes sociales, pequeños empresarios, familias entre otros, fue la base para presionar de forma estratégica la postura antagónica del Gobierno nacional frente a los intereses, necesidades y demandas reales de los bonaverenses, ahora el desafío es más grande: consiste en poder canalizar esos aires, sentimientos e ideas por las distintas organizaciones sociales y comunales, que de forma organizada construyeron una propuesta colectiva que demostraba las razones que traía consigo el paro que conmovió a distintos sectores nacionales e internacionales, al ver los atropellos de la fuerza pública, la omisión, dilatación y en particular el sesgo de algunos medios de comunicación en los momentos más “calientes” que vivieron los habitantes del puerto.

En efecto, el Gobierno y los líderes pudieron construir una propuesta que fuera el primer paso para ir superando las problemáticas estructurales que padece la región. Dentro de lo pactado encontramos los siguientes puntos:

- Una inversión de $ 1.5 billones por dos años.

- La creación de un patrimonio autónomo con recursos ordinarios y otros, los cuales tiene como finalidad establecer en un periodo de dos años, dar el servicio de agua las 24 horas del día.

- El financiamiento para la construcción de una ruta o plan maestro de alcantarillado.

- La construcción del nuevo hospital, el fortalecimiento del que existe y la visión de consolidar una ciudadela hospitalaria, para garantizar un bien público como lo representa el derecho a la salud.

- La remodelación del estadio Marino Klinger, entre otras obras, que hacen parte del pliego de peticiones que cabrán en la financiación- estructural en que confluyeron las partes. Véase: www.youtube.com/watch?v=SoxidbQ3OVY.

Uno de los aspectos más importantes resulta ser la creación de un fondo especial destinado a la creación de proyectos locales, que estén orientados a la defensa del territorio, la vida y la autodeterminación de las comunidades negras, aspecto que será la base para poder contrarrestar la violencia -estructural, sistémica y el abandono estatal que vive por más de medio siglo el puerto más importante y querido del país.

En últimas, continúa el proceso de organización y reivindicación en Buenaventura. El reto más grande consiste en establecer un punto de resistencia frente a la corrupción y la masiva llegada de “políticos” que pretendan convertirse en los representantes, administradores y funcionarios que tienen la capacidad de controlar los aportes, los bienes y recursos que se obtuvieron producto de la lucha política por la defensa de la vida, el territorio y otro vivir en el puerto; la apuesta es inmensa y el camino lleno de turbulencia pero un aspecto de gran importancia que tiene la comunidad, el comité del Paro Cívico es demostrar con hechos al Gobierno nacional y la sociedad colombiana que la unión, la organización, la reivindicación y la solidaridad son más fuertes que la violencia, la represión y la negación de la otra parte.

Ha sucedido en pleno siglo XXI que un puerto de afrodescendientes demuestra el valor de la unidad, la organización y la resistencia pacífica, pedagógica y comunitaria, que puede más que la lógica de la violencia, el desconocimiento político y la miopía social que utiliza cotidianamente el Estado contra los pueblos, su soberanía y su autodeterminación en los territorios, ahora sí podemos cantar, como lo ha entonado nuestra querida Leonor González Mina, “Bello puerto de mar/Mi Buenaventura/Donde se aspira siempre la brisa pura / Siempre que siento penas en mi poblado/ miro tu lindo cielo y quedo aliviada/ Siempre que siento penas en mi poblado/ miro tu lindo cielo y quedo aliviada”.

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