Es mejor estar informado

Federico Cárdenas Jiménez

federic.cj@gmail.com

El tema de los energizantes habla no sólo de cifras multimillonarias en ventas, sino –y más importante aún- de la costumbre que tiene el ser humano de depender de estimulantes externos para sus actividades diarias (como del azúcar, del chocolate, del café, del licor, de las sustancias psicoactivas), so pena de un gran desconocimiento al respecto.

Las bebidas energizantes no dan energía, ni la reemplazan ni la reponen, ni hidratan, tan sólo son bebidas que estimulan el sistema nervioso central debido a su gran cantidad de cafeína, taurina, guaraná, vitaminas y azúcares o endulzantes. Esta confusión precisamente ha sido uno de los aspectos que se han venido discutiendo desde hace años respecto de la publicidad engañosa que se teje alrededor de un negocio multimillonario como este.

Las bebidas hidratantes surgieron en Estados Unidos en los años sesenta, al momento en que la Universidad de la Florida desarrolló una fórmula de carbohidratos y electrolitos para mejorar el desempeño de un grupo de jugadores de fútbol americano y para prevenir la deshidratación. Las bebidas energizantes en cambio, surgieron en Escocia y en Japón con el objetivo de aumentar la fuerza y la concentración. Inicialmente, se componían de una mezcla de vitaminas y luego se le adicionaron la cafeína, los carbohidratos y componentes como la taurina y el Guaraná, entre otros.

Se ha disparado tanto el consumo de las mal llamadas “bebidas energizantes”, que países como Francia, Dinamarca y Noruega, prefirieron restringir su venta únicamente en las farmacias. Incluso, en lugares como Alemania se han retirado del mercado.

Los estudios a este respecto también han aumentado y se han prendido las alarmas en centros universitarios justamente por el alto registro de consumo y venta de estas bebidas.

Recientemente el Consejo Superior de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah), determinó prohibir la venta de bebidas energizantes en las instalaciones de la universidad por considerar que afectan la salud de las personas. Ana Lizbeth Munguía, médico de esta universidad, manifestó que se han presentado casos de estudiantes con arritmias cardíacas y con infarto al miocardio debido a su consumo desmedido.

Al respecto, el Director del Instituto Hondureño para la Prevención del Alcoholismo, Drogadicción y Farmacodependencia (Ihadfa), Rony Portillo, apoyó la iniciativa de esta universidad y propuso instaurar esta medida en todo el país al manifestar su preocupación por el alto consumo sobre todo en jóvenes entre los 16 y los 18 años en los que se han registrado ya muertes relacionadas. Es decir, la preocupación crece respecto de este tipo de bebidas así como crece su consumo.

Recuerdo que hace poco el Consejo de Estado en Colombia presionó al Ministerio de Salud y al Invima para generar cambios la regulación de estas bebidas debido a que la información que circula con ellas es imprecisa para el consumidor; quien compre debe saber el riesgo que podría derivarse de su consumo habitual para ciertos grupos de personas como es el caso de las mujeres en embarazo, personas menores de quince años, aquellas que sufren del trastorno de ansiedad, diabetes, enfermedades cardiovasculares, psiquiátricas y personas susceptibles a crisis convulsivas.

Las mal llamadas “bebidas energizantes” no son un juego, al contrario, su consumo tiene implicaciones serias para el organismo, razón por la cual ya se están tomando radicales medidas en la escena internacional para prevenir su consumo. Es mejor estar informado.

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