¿En qué quedamos: abuelitos o mayores?

Carmen Inés Cruz Betancourt

“Atropellado por una moto muere anciano de 51 años”. Este fue un titular de prensa que causó desconcierto a muchas personas. Y es que parece que especialmente periodistas y comunicadores se encuentran un poco confundidos con tantas formas utilizadas para rotular a quienes han cumplido 50 años y más.
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Así, se les dice: persona de la tercera edad, de la edad dorada, mayores, adultos mayores, viejos, ancianos, pensionados, retirados, veteranos, etc. Y últimamente han dado en llamarlos abuelos y abuelitos (aún cuando no lo sean, y sin considerar que hay abuelos menores de 40 años). Y, posiblemente cada uno de ustedes podrá mencionar otros denominativos no incluidos en este listado.

Podría decirse que es tal la riqueza del idioma que da lugar a todos esos denominativos, en general eufemísticos, algunos con tono despectivo, otros que sugieren condición de vulnerabilidad, limitaciones, fragilidad e indefensión, y en todo caso indeterminados porque los aplican indistintamente a personas con 50, 60, 70 y más años. El asunto se ha hecho especialmente evidente y confuso en esta época de pandemia cuando han emitido instructivos dirigidos a los abuelos y luego deben precisar si se refieren a personas de 50, 60 ó 70 años y más.

En línea con lo anotado, y debido a la creciente longevidad ganada por la humanidad, cuando tenemos personas con 100, 110 y más años, y acudiendo a esa abundancia del lenguaje, podemos esperar que surjan nuevas formas para denominarlos y ojalá no sean tan confusas ni despectivas.

Cabe destacar que para referirse a otros grupos etáreos la diversidad no es tanta. El Dane, entre tanto, reporta la población en grupos quinquenales de 0 a 5 años hasta 80 y más años y es pertinente señalar que las proyecciones de población para Colombia en 2020 dan un total de 50.911.885 de habitantes, y de este total la población de 70 años y más representa el 5.35% y, a su vez, la de 80 años y más el 1.57%

De regreso al asunto inicial, es cierto que hace cuatro o cinco décadas considerábamos viejas a personas con 40 y 50 años; era así como los mayores de hoy veíamos a nuestros padres. No obstante, actualmente resulta impropio llamar anciana a una persona con 51 años, entre otras cosas porque si la edad de jubilación es de 57 años para mujeres y 62 para los hombres, resultaría que en Colombia los ancianos continúan trabajando.

Y no se trata solo de que ello incomode a alguien sino que, sin importar cuán vigorosa se encuentre la persona, la descalifican para casi cualquier cosa, como una actividad laboral o la adquisición de seguros, créditos, etc. Entonces, así sea por estas consideraciones, el llamado es para que se tome conciencia de la implicación que tiene el uso impropio de estas denominaciones.

CARMEN INÉS CRUZ BETANCOURT

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