Lluvia de motos

Carmen Inés Cruz Betancourt

Según la Secretaría de Tránsito de Ibagué, a agosto de 2021 el parque automotor de la ciudad suma 221.164 vehículos, de los cuales 60% (132.393) son motocicletas.
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Es notable entonces el gran número de motos que circulan y se explica porque es un medio de transporte económico, disponible a cualquier hora y los costos y fórmulas de pago los hace accesibles a muchos. Además, las restricciones impuestas por la pandemia han incrementado la demanda de domicilios, actividad que genera ocupación especialmente a la gente joven, afectada por un alto nivel de desempleo. Aquellas no solo sirven a los domiciliarios, también a mototaxistas y a muchos otros trabajadores. El problema surge cuando también se reporta que la enorme congestión y accidentalidad en las vías, que conlleva su circulación.

Ello se relaciona con el hecho de que muchos motociclistas no tienen el entrenamiento adecuado para conducirlas ni conciencia sobre la responsabilidad que les implica. Así, resulta usual ver aprendices que casi no pueden con la moto; también aquellos que llevan varios parrilleros, incluyendo niños, mascotas y elementos de gran tamaño; los que deciden “lucirse” haciendo peligrosas piruetas, zigzaguean entre los carros, saltan los separadores, conducen por los andenes, ignoran la señalización, hablan por celular, pasan otros vehículos por la derecha o se pegan en extremo, organizan estruendosos piques a altas horas de la noche, que atemorizan y perturban el sueño de los vecinos. Todo esto, transitando por una malla vial afectada por cantidad de huecos que las hace especialmente peligrosas, mucho más en tiempos de lluvias. No sorprende entonces la alta accidentalidad que reporta el Observatorio Nacional de Seguridad Vial, según el cual con corte al 31 de julio, los fallecidos en accidentes de tránsito en Ibagué suman 33 y los más afectados han sido usuarios de motos (17) y peatones (10). Tampoco sorprende que se hayan expedido 742 comparendos en este año, de los cuales 97 corresponden a conductores en estado de embriaguez, como indica el Secretario de Movilidad.  

Ahora bien, el futuro del mercado de motos es creciente y se puede anticipar que también crecerá la accidentalidad, en consecuencia resulta imperativo que las autoridades actúen en forma  preventiva introduciendo los correctivos pertinentes. La Alcaldía anuncia la puesta en marcha de la campaña “Maneja tu vida” que esperamos sea exitosa, para lo cual deberá exigir que quien conduzca una moto haya recibido la debida capacitación y entrenamiento y cuenten con la licencia y seguros  correspondientes, y que, con rigor se sancione a los infractores.

No se trata de estigmatizar a los motociclistas ni de lamentarnos por la lluvia de motos que  circulan raudas por toda parte, se trata de crear condiciones conducentes para lograr que esta, que es una solución para muchos, no se convierta en una tragedia para muchos más, puesto que sabemos que los accidentes de motociclistas usualmente dejan muertos y fracturas graves e inhabilitantes de por vida, porque bien se dice que “los motociclistas tienen por carrocería su cuerpo”, que recibirá todo el impacto de los choques pues no tienen ninguna otra defensa que los amortigüe. A ello se suman los altos costos para sus familias y para el sistema de salud, aún cuando cuenten con un SOAT. También los conductores de otro tipo de vehículos y peatones deberán poner su parte, porque hacer uso correcto de las vías es un derecho de toda la ciudadanía, que exige esa disciplina social que tanta falta nos hace.

CARMEN INÉS CRUZ

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