“Reductores de velocidad” con diseño antitécnico

Carmen Inés Cruz Betancourt

En repetidas ocasiones se ha dicho que la enorme accidentalidad vial que se observa en Ibagué, exige la toma de medidas serias para reducirla porque son muchos los muertos, lesionados y vehículos siniestrados, además del alto riesgo que enfrentan los peatones y la angustia y perturbación que les genera.
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Por ello se ha insistido en la importancia de asegurar el ejercicio de la autoridad competente en la materia, el fomento de la disciplina ciudadana de conductores y peatones, la instalación de cámaras, el funcionamiento adecuado de los semáforos, mayor iluminación y toda la señalización y ayudas pertinentes. 

En ese contexto es importante la instalación de “reductores de velocidad” en lugares estratégicos; así, en buena hora lo entendió la Administración municipal que procedió a construir un buen número pero, lamentablemente, el diseño seleccionado resultó pésimo; de hecho, ya son varios los accidentes ocasionados por ellos, por ejemplo, en la vía que conduce al aeropuerto. 

Son “sobresaltos” que ocasionan sucesivos golpes a los autos que les causan daños y a las motos, además, les ocasionan accidentes. A esto se agrega que ante la desesperación de los vecinos por el riesgo que les implica la circulación de conductores irresponsables en su zona, espontáneamente han optado por construir algunos “reductores” a su gusto, aportando con ello a la accidentalidad o, inclusive, haciendo que muchos conductores eviten esas vías para no tener que soportar esos adefesios. 

Entonces, como lo señalan conductores de autos y motocicletas, si bien es plausible que la Administración municipal haya respondido al requerimiento de la ciudadanía, resulta deplorable que, teniendo la posibilidad -con la misma inversión- de adoptar diseños técnicos y seguros para los “reductores de velocidad”, como los hay en otros lugares, prefirieron unos que contribuyen a la accidentalidad. 

En consecuencia, el clamor es para que consulten y adopten las mejores opciones, asegurando que además se demarcan con la pintura del color adecuado, se instala la señalación pertinente y se les dé el mantenimiento requerido.  

Cuando concluía esta nota recibí comentarios de vecinos de la vía al aeropuerto señalando que esta semana volvieron las carreras y enfrentamientos de motos en la noche, y para evitar los reductores de velocidad recién instalados en la vía principal, optaron por utilizar otras vías del sector, por supuesto alterando la tranquilidad y poniéndoles en riesgo. También mencionaron que puesto que los vehículos que circulan por la vía al aeropuerto bajan la velocidad al pasar los reductores, en la noche a los lados, acechan delincuentes en moto para asaltarlos, demostrando así que la creatividad de los delincuentes e infractores es notable. 

En consecuencia, es imperativo que a la mayor brevedad posible, se adopten los correctivos pertinentes, incluyendo un continuo patrullaje de la policía y mejora en la iluminación de aquellos sectores; solo así podrán cumplir con la función de proteger la vida de peatones y conductores, y contribuir al bienestar ciudadano para hacer de ésta, una ciudad amable.

CARMEN INÉS CRUZ

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