Ensañados contra la infancia, la juventud y su futuro

Resulta desolador escuchar con gran frecuencia sobre la diversidad de atropellos contra los escolares y en consecuencia contra su futuro. En este contexto parece que es el PAE (Programa de Alimentación Escolar) uno de los más afectados por la corrupción, es así como se conoce que suministran alimentos con carne de caballo en pésimas condiciones que cobran como carne de res, o entregan porciones disminuidas, mal conformadas y sobrecosteadas. También, son numerosas las construcciones escolares que se quedan en excavaciones o partes de estructuras que se suman a la enorme lista de “elefantes blancos”. Y, más recientemente, fue el anuncio de la llegada de internet a los centros poblados más aislados del país con la garantía de beneficiar a las escuelas, y al final las monumentales sumas asignadas terminaron en los bolsillos de negociantes y funcionarios bandidos.

Hablemos de Centralismo

Cuando se habla de centralismo lo usual es hacer referencia al que se atribuye a Bogotá, al gobierno central y a los entes que allí operan.

Las crecientes tarifas del gas

La factura por servicio de gas (en cilindros) que en enero 2021 costó $150 mil, para una residencia en Ibagué, en junio llegó por $169 mil y ya para noviembre, por el mismo consumo, subió a $204 mil, significa que de enero a noviembre se incrementó en un 36%.

Atropellos al urbanismo

Son variadas las formas como se atropella el urbanismo de la ciudad, dificultando, tanto su embellecimiento como la armonía y la funcionalidad que anhelamos. Aquí relaciono solo unas pocas, veamos:  

“Reductores de velocidad” con diseño antitécnico

En repetidas ocasiones se ha dicho que la enorme accidentalidad vial que se observa en Ibagué, exige la toma de medidas serias para reducirla porque son muchos los muertos, lesionados y vehículos siniestrados, además del alto riesgo que enfrentan los peatones y la angustia y perturbación que les genera.

Armero, 36 años de ausencia

Noviembre 13 de 1985, fecha luctuosa cuando la erupción del Cráter Arenas del Volcán Nevado del Ruiz causó la gran catástrofe que arrasó la ciudad de Armero y sepultó bajo el lodo a más de 22 mil de sus habitantes.

“Todo extremo 
es vicioso”

Así decían los bisabuelos y agregaban: “solo vale ser extremadamente honesto, respetuoso y solidario”, y creo que si esos valores se hubieran arraigado en la ciudadanía, Colombia sería un paraíso. Infortunadamente esos valores han sido suplantados por sus opuestos y el resultado es una sociedad formada en la inequidad social y la violencia, fragmentada, desconfiada y excluyente. Peor aún, con una juventud presa de angustia y desesperanza; escéptica y dispuesta a emigrar a donde quiera que vislumbre alguna oportunidad de trabajo para lograr una vida digna, porque aquí no la encuentra. En el ámbito de la política hoy se habla de la extrema izquierda y de la extrema derecha y a unos y otros se les responsabiliza de haber generado los peores males que enfrenta el país porque quienes militan en esos espacios no pierden oportunidad para estimular la violencia y el odio contra aquellos a quienes consideran, no sus contradictores sino sus enemigos. Basta observar sus mensajes, el lenguaje y el tono que utilizan, siempre energúmenos y amenazantes; no escuchan, no aceptan la posibilidad de que otros tengan algo de razón porque la única verdad es la suya; el fundamentalismo y el autoritarismo son sus distintivos. De modo similar se comportan hoy los fanáticos militantes de los partidos políticos tradicionales, debilitados y degradados.

¿Para qué los andenes?

La anterior parece una pregunta necia, porque se supone que todos lo sabemos. No obstante, cuando circulamos por las calles de Ibagué descubrimos que no es así porque los andenes, antes que posibilitar la circulación de los peatones, están abarrotados en primer lugar por vendedores ambulantes; en segundo lugar, muchos comerciantes los han tomado como una extensión de su negocio, y podemos anticipar que estos dos hechos se agudizarán en el mes de diciembre.

El deplorable hábito de incumplir

Es tan arraigado en nuestro entorno el hábito de incumplir que hay quienes dicen que hace parte de nuestra cultura, pero deberían decir: de nuestra incultura.

Sobre las graves deficiencias en los servicios de salud (2)

Con gratitud recibo comentarios de amables lectores que se sienten identificados con los asuntos tratados. Algunos destacan que omití algo importante y es cierto, sucede a veces por desconocimiento, por olvido, o por limitaciones del espacio.