No dejar a nadie atrás

César Picón

Si alguien la va a pasar muy mal durante la cuarentena total son las decenas de miles de personas que en Ibagué viven del diario, del rebusque. En una ciudad con desempleo superior al 18% y más del 50% de trabajo informal, se requiere una respuesta audaz para proteger a todos aquellos que no cuentan con Plan B (ahorros, seguros, posibilidad de trabajar desde casa) para sostenerse durante el confinamiento.
PUBLICIDAD

Si bien el Gobierno Nacional anunció un giro adicional en sus programas de transferencias condicionadas, considero justo y necesario que el Gobierno de Ibagué asuma parte de los costos sociales que acarrea esta dura pero necesaria medida de aislamiento. 

Propongo que el Municipio con recursos propios le haga un giro adicional e inmediato, por el mismo valor tasado por el Gobierno Nacional, a los beneficiarios de Familias en Acción, Jóvenes en Acción y el Programa Colombia Mayor, registrados en Ibagué. Así, al menos 28 mil familias y el mismo número de adultos mayores, podrían tener asegurado el alimento durante el tiempo que no puedan salir a rebuscarse el sustento. También sugiero proveer un bono alimentario para vendedores ambulantes, recicladores, mineros de subsistencia, prostitutas y otros grupos de trabajadores que están identificados en bases de datos del Municipio y que no cuentan con acceso a los programas sociales mencionados, ellos son tan vulnerables como el abuelo que recibe 75 mil pesos mensuales en el programa Colombia Mayor.

También propongo que, tal como se anunció el sábado en Bogotá, el Ibal asuma, al menos por un mes, el total del servicio de agua y alcantarillado de los estratos uno y dos: más de 65 mil hogares. Incluso, doblar el subsidio de aseo para esos mismos estratos por lo que resta del año, lo cual se podría pagar por el fondo de solidaridad que maneja el Municipio. 

También me sumo a las propuestas que han hecho respecto a ampliar los plazos y mantener los descuentos para el pago de impuestos de carácter municipal: predial e industria y comercio. Los empresarios también merecen consideración en estos momentos difíciles, máxime cuando les corresponderá seguir pagando los salarios de sus trabajadores pese a no estar produciendo. 

Haciendo una proyección rápida y quizá imprecisa, ese paquete de ayuda social le puede costar al Municipio alrededor de 8.500 millones, cifra que puede cubrirse con parte de los casi 40 mil millones que ya ha recaudado la Alcaldía por concepto de predial y que podría ejecutar rápidamente a través de la declaratoria de calamidad pública o algún otro instrumento que le permita atender la emergencia de manera inmediata. 

Celebro y apoyo las decisiones que ha tomado la Administración para generar un aislamiento permanente y así evitar la propagación del virus. También que hayan llevado a albergues a los habitantes de calle.

Llevamos ya varios días encerrados y no sabemos si antes del 13 de abril anuncien la ampliación de la cuarentena, todo depende. Por eso es que vale la pena que desde lo local se haga el inmenso esfuerzo de sacrificar alguna meta trazada para el cuatrienio y se invierta en ayudar ahora a quienes más lo necesitan. No dejemos a nadie atrás.

Puya: los empresarios más poderosos de Ibagué deberían emular las acciones de los antioqueños: constituir un millonario fondo que sirva para adecuar más unidades de cuidado intensivo o para ayudar a los más vulnerables.

CESAR PICÓN

Comentarios