Necesarias observaciones

César Picón

La Alcaldía de Ibagué anunció el retorno a la presencialidad de 42 colegios públicos de la ciudad, la mayoría inician hoy y los demás en un par de semanas.
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Aunque haré unas observaciones más adelante, destaco como positivo la noticia que tendrá de vuelta a decenas de miles de estudiantes a las aulas de clase y a los momentos inolvidables que se disfrutan con amigos de la infancia, y que liberará el tiempo de los padres de familia (en especial las madres) que, a costa de abandonar el trabajo (o la búsqueda del mismo) y sus propios proyectos de vida, habían tenido que dedicarse a acompañar la educación de los mas pequeños, motivar a los más grandes para que se conectaran a las aburridas clases virtuales, al tiempo que estaban pendientes del almuerzo y de hacer una que otra cosa que les generara algún ingreso. Muchos tenían que dejar a sus hijos al cuidado de terceros, no siempre confiables.

Lo primero es que en el anuncio de la Alcaldía no se dio a conocer que pasará con los otros 17 colegios oficiales (y sus respectivas sedes) que no aparecen en el listado de los que retomaran la presencialidad. Se supone que continuarán de manera virtual porque probablemente no cumplen las condiciones mínimas para el retorno seguro a clases, entonces, ¿cuál es el plan de la Alcaldía para garantizar que pronto puedan recibir a sus estudiantes?, ¿cuál es la fecha límite?, ¿a cuánto ascienden las inversiones? Es indeseable que los estudiantes de colegios públicos permanezcan segregados de manera indefinida entre quienes pueden asistir a sus colegios y los que no. La Alcaldía debe revisar si a través de inversiones (que hasta ahora no ha hecho) puede adecuar de manera pronta la infraestructura de esas sedes. Si por el contrario corresponden a las que por el incumplimiento de los contratistas de jornada única permanecen sin posibilidad cercana de habilitarse, conviene considerar la reubicación temporal de estudiantes, bien sea en colegios públicos en los que su capacidad lo permita (tener en cuenta que no todos los padres acogerán la presencialidad, por cuanto habrá disponibilidad de cupos presenciales) o si fuera necesario hacer convenios con instituciones privadas para que atiendan esa necesidad.

Lo segundo es que es necesario blindar la presencialidad de los ataques que vendrán a raíz de contagios por Covid. Es lógico que aparecerán estudiantes y profesores contagiados, como pasa en absolutamente todas las actividades en que interactúan los seres humanos. 

Los protocolos para atender los focos que se puedan presentar deben ser ampliamente difundidos y afianzados, para evitar que al primer contagio la comunidad educativa se escandalice y comience a pedir la suspensión de la presencialidad, como ya pasó en mas de 30 secretarías de educación del país, entre las que se cuenta Cali, Cartagena, Villavicencio y Yopal. 

El retorno seguro a clases no significa la ausencia de contagios, si la implementación de los máximos cuidados para procurar que sean mínimos.

Lo tercero es garantizar que quienes no opten por la presencialidad tengan el derecho a educarse. Con el tiempo seguramente todos irán al colegio, mientras tanto debe haber un compromiso sagrado por continuar ofreciéndoles conectividad y la orientación necesaria para que no paren su proceso de formación.

Con inmensa alegría por tantos niños y jóvenes condenados al encierro por año y medio les digo ¡Bienvenidos de vuelta a clases y a sus vidas normales!

CESAR PICÓN

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