El cambio en primera

César Picón

Todos los que nos identificamos con la campaña Petro Presidente soñamos con ganar en primera vuelta porque sabemos que significaría una demostración contundente del deseo de cambio que tiene la mayoría de la sociedad colombiana.
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No obstante, aunque las encuestas todavía señalan una posible segunda vuelta (en la que también gana Petro en todos los escenarios), vale la pena revisar dónde están las posibilidades de subir los pocos puntos que faltan para asegurar la victoria en primera.

De acuerdo a la última encuesta de YanHaas, la población menor a 45 años votará mayoritariamente por Petro, de ahí para arriba se empieza a disminuir la diferencia en la intención de voto entre Petro y el candidato de la derecha (sin que este último en ningún caso supere al primero), y en la población mayor de 55 años casi que se iguala.

Ahí están los padres, abuelos, jefes y amigos de los más jóvenes, una población a la que los engaños de la campaña negra del uribismo llegan con más facilidad y que con timos les hace creer que el cambio los afectará gravemente. Les han dicho que Petro expropiará sus pensiones y propiedades, en ese ciclo de vida algunos lograron conseguir algún patrimonio y algunos otros la pensión, por cuanto es apenas natural que sientan miedo.

Contarles con cariño que lo que se pretende es una reforma para que los millones de ancianos sin pensión puedan tener una renta básica y que esta campaña nunca ha hablado de afectar la propiedad privada, sino por el contrario de impulsar el crecimiento de sectores económicos rezagados para que haya riqueza y empleo, quizá permita despejar dudas y movilizar muchos corazones.

En las mujeres también hay una posibilidad de seducir apoyos. Mientras que de los encuestados el 46% de los hombres manifiesta votar por Petro, en las mujeres baja al 35%. A ellas hay que transmitirles que esta es la única campaña con vicepresidenta mujer, que planteamos la creación del Ministerio de la Igualdad para asegurar políticas públicas que ayuden a cerrar brechas sociales como la inequidad en el acceso al empleo por parte de las mujeres, los menores salarios y una renta monetaria para tantas mujeres pobres que nunca han tenido un ingreso por la labor del cuidado doméstico de niños, ancianos o discapacitados.

En cuanto a estratos sociales es claro que la mayor resistencia está en la clase media alta y alta. Mientras que en el estrato 1 el 44% piensa votar por Petro (similar a estratos 2 y 3), en el estrato 4 la intención de voto se reduce al 29%, y en el 5 y 6, al 27%. Estos últimos muestran preferencia por el candidato uribista, el del continuismo.

Tal vez si les contamos que más allá de la Pandemia, las equivocadas políticas en materia económica y productiva dispararon el desempleo, tienen el dólar en sus máximos históricos y la inflación sin control, y que los que verdaderamente se enriquecen en Colombia son las mismas familias de siempre gracias a los privilegios de los que gozan sus inversiones, es posible que cambie su opinión. Con la revisión de los tratados de libre comercio, la política arancelaria y el impulso a la economía productiva, es posible que logremos un urgente milagro económico.

El voto en blanco aparece con el 13% y los indecisos en el 6%, con respeto, cariño y argumentos, podríamos moverlos a favor del cambio.

 

CÉSAR PICÓN

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