Por buen camino

César Picón

Los primeros cien días del Gobierno Petro pintan bien, si es cierto el refrán que reza que “desde el desayuno se sabe cómo va a ser el almuerzo”, podemos creer que este barco nos llevará a buen puerto.
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Sin perder tiempo y sin dejarse perturbar por las fuertes presiones que la coyuntura económica y climática han ejercido en estos primeros meses, las iniciativas de cambio han tomado forma en tiempo expedito.

La paz total arranca en firme con el anuncio de la reanudación de los diálogos de paz con el ELN y las aproximaciones con otros grupos armados violentos que tienen azotadas varias regiones del país. Petro había hablado en campaña de las complejidades de la guerra multi crimen que se vive en Colombia y bajo ese enfoque ha desplegado todos los esfuerzos para desactivar la escalada de violencia que estaba desangrando al país.

También volvimos a ser protagonistas en el escenario global. Desde tribunas mundiales como la Asamblea de las Naciones Unidas y la COP 27 de Egipto, Petro ha puesto en el radar global la importancia de salvar la Amazonía y ha pedido financiamiento de las potencias para tal fin: dejó sobre la mesa la posibilidad de que liberen a Colombia de la deuda externa para poder financiar los programas de recuperación de la selva y también inició el debate frente al necesario cambio de estrategia en la lucha contra las drogas de uso ilícito, que en Colombia no solo acaba con los bosques sino también con miles de vidas. 

Con el restablecimiento de las relaciones con Venezuela cerró el vergonzoso e inútil capítulo del “cerco diplomático” abierto por su antecesor, que solo había servido para arruinar la economía y la paz en la frontera y para impedir un diálogo que hubiera mitigado el doloroso éxodo de venezolanos; ya le propuso a Maduro comprar la productora de fertilizantes Monómeros como una estrategia para abaratar los insumos agrícolas para la producción agraria nacional, ojalá eso se concrete.

La reforma tributaria aprobada dará un respiro a la economía porque ayudará a disminuir el altísimo déficit fiscal lo que generará toda la confianza en materia de inversiones. Además, se asegura el financiamiento de programas sociales trascendentales como la compra de tierras para campesinos, la implementación del modelo de salud preventiva, la renta básica para mujeres cabeza de hogar y proyectos para llevar agua potable a las instituciones educativas y las regiones abandonadas de Colombia.

Otros anuncios como los préstamos del Icetex a 0 % de interés, el subsidio al precio de los fertilizantes para lograr una reducción en el corto plazo del costo de la canasta familiar, la transición del servicio militar obligatorio a un servicio social para la paz, la creación de la jurisdicción especial agraria para resolver conflictos de tierras, entre otros, son señales claras de esperanza.

Termino estas líneas señalando que, por supuesto, no se pueden descuidar las señales de alerta frente a las medidas del Gobierno que pueden impactar negativamente la tasa de cambio y la inversión, ‘el palo no está pa’ cucharas’, la economía mundial esta revolcada y hay que evitar a toda costa que los alimentos y demás productos importados tengamos que pagarlos a un dólar por las nubes. En lo económico, “la prudencia hace verdaderos sabios”. 

CÉSAR PICÓN

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