Decisiones que matan

César Picón

A la caótica movilidad de Ibagué se suma un drama mayor: este año ya se acumulan 70 muertos en accidentes de tránsito y 736 heridos. El crecimiento de estas tasas con relación al año anterior es alto y está muy por encima en comparación con las estadísticas nacionales.
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El actual Alcalde cuando estaba en campaña criticó ferozmente los bicicarriles que se habían instalado en las principales avenidas de la ciudad, cuando su Administración empezó no solo esos cayeron en el abandono, también todos los demás dispositivos de seguridad vial que se habían colocado en la alcaldía de Jaramillo.

Los reductores de velocidad que se habían puesto en puntos de alta velocidad, los conos que orientan el flujo en las aproximaciones de las rotondas (por ejemplo en las calles 60 y 69 con Ambalá), los conos que impedían el adelantamiento y desordenado paso de vehículos en todas las direcciones  en zonas de alto flujo de peatones (por ejemplo en Entrerríos entre la Guabinal y Ambalá), la demarcación con taches de zonas de estacionamiento para taxis (por ejemplo frente al C.C. La Estación) y, como ya se dijo, los corredores seguros para bici usuarios, hoy no existen o se encuentran en condiciones vergonzosas. Incluso, en donde había reductores de velocidad hoy hay tremendos huecos que incrementan el riesgo de accidentalidad.

La Administración Hurtado no entendió que así no les gustaran las medidas que se habían implementado por el gobierno antecesor tenía la responsabilidad de mantener y mejorar los programas dirigidos a hacer más seguro moverse por las calles de la ciudad y promover la movilidad sostenible como la única forma de aproximarnos a la modernidad.

Los semáforos no sirven, mantienen apagados o peor aun cambiando de color propiciando accidentes. Los ejes viales principales están llenos de huecos que matan motociclistas (en los barrios sí que es cierto). No fue posible que se pusiera en marcha el sistema de bicicletas de uso compartido.

Los atascos en horas pico y a veces en horas valle son interminables. Es tan profundo el desgobierno que, ante la falta de agentes de tránsito que regulen el flujo vehicular, algunos ciudadanos chaleco y paleta en mano están haciendo esa labor para ganarse algunos pesos; y ante la falta de una Alcaldía eficiente, ahora hay una cuadrilla de “tapahuecos” influencers y un grupo de moteros haciendo el trabajo (sin las especificaciones técnicas necesarias) que le correspondería al gobierno de la ciudad, lo peor es que el Alcalde se siente orgulloso que otros asuman sus competencias. A todo eso súmele las crecientes cifras de muertos y heridos. No es exagerado decir que en este campo todo es un desastre. Como lo había sugerido en otras columnas, en lugar de insistir en un proyecto innecesario como el tan anunciado viaducto de la 60, la Alcaldía podría invertir esos $45.000 millones en optimizar las intersecciones del Éxito y Mirolindo o continuar la construcción de la Calle 103. Como eso es mucho pedir, al menos usaran la plata para tapar huecos, modernizar los semáforos, señalizar y recuperar los dispositivos de seguridad vial.

¡Muévanse! Hay muchas vidas por salvar.

CÉSAR PICÓN

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