Al borde del abismo

No fue precisamente un año nuevo de descanso para los legisladores americanos y el presidente Obama. Hasta entradas horas del 2012 trabajaron para lograr un acuerdo fiscal que no llevara al abismo a la economía americana.

De no tomar decisiones se pondrían en vigencia nuevos impuestos para todos los segmentos de la población, ya que perderían vigencia los recortes a las tasas impositivas que se habían establecido desde el gobierno Bush. Aunque tanto demócratas como republicanos sabían que no era el momento de aumentar impuestos cuando la economía está en recesión, los dos partidos mantenían su pulso defendiendo sus posiciones. Por una parte, los republicanos insistiendo en aumentar el recorte de los gastos, y el presidente Obama abogando por un aumento de la tasa impositiva para los más pudientes.

Como en los mejores dramas, se llegó a un acuerdo de última hora, en donde las partes tuvieron que ceder en algo sus posiciones y lograron un acuerdo que evita el salto al vacío, pero que no arregla los problemas de fondo del gran déficit. En un par de meses se encontrarán de nuevo cuando deba someterse al Congreso una ampliación al límite de endeudamiento del gobierno federal y se tenga que decidir acerca de la implementación o no de recortes en defensa (algo que no quieren lo republicanos) y en programas de seguridad social (terreno en que los demócratas se resisten a cambiar).  

Denso este tema del déficit, pero al final se resume en que los EEUU han trabajado al debe durante mucho tiempo y ahora deben apretarse el cinturón, cosa que implicará tomar decisiones políticas que no pueden agradar a todos. Lo que llama la atención al colombiano es que los dos partidos defiendan sus posiciones a partir de sus definiciones ideológicas de lo que debe ser el papel del Estado, la propiedad y el capital. Aunque aún imperfecto, bueno es tener estos contrapesos cuando se trata de gobernar.

Difícil entender esto en nuestro medio, en donde no solo pululan los partidos, sino que el transfuguismo de todo tipo es pan de cada día.  O quizás hemos pasado por tantas cosas, que nos agarramos de la que más dividendos nos dé. O peor aún ¿será que ya no distinguimos lo que es estar al borde del abismo? Por los debates a los que a veces asistimos, así pareciera.

Credito
CARLOS CHAVERRA

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