Cuentan en la 12: Los héroes de la patria

Emulando a mi colega “Fachito”, salgo en defensa de los vilipendiados héroes de la patria, que los guerrilleros infiltrados en el aparato judicial han querido condenar sin prueba alguna, y para castigarles sus servicios en contra de la subversión y el apoyo a las ONT FARC.

Sin duda hay que regresar de manera inmediata al fuero militar y que sean solamente quienes han padecido y librado las batallas contra las ONT, quienes decidan si la conducta de los uniformados es motivo de censura o, por el contrario, deben ser ensalzados por su heroico desempeño.

Y debo comenzar por mencionar el emblemático caso de mi coronel Plazas Vega, que, como el nuevo ministro Pinzón, es hijo de militar y casado con hija de militar, quien defendió la democracia en las heroicas jornadas del Palacio de Justicia y como no pudieron derrotarlo en el campo de batalla quieren vengarse y lo han condenado a 30 años, con base en testimonios inventados, testigos imaginarios y víctimas inexistentes. Y que a pesar de todas las injusticias cometidas contra él, le sobró tiempo para servirle nuevamente a la patria en la Dirección Nacional de Estupefacientes, en donde todavía hoy se cita como ejemplo la entrega de tierras a conocidos empresarios del campo y pundonorosos senadores de Bolívar, Tolima, Huila  y el Valle.

Por supuesto, debo también referirme al “pacificador de Urabá”, mil veces perseguido, por la drástica reforma agraria que lideró y la limpieza social en la que empleó su sapiencia para retornar a la normalidad en esas feraces tierras; me refiero a mi augusto general Rito Alejo.

Cómo no mencionar a los noveles oficiales que luchan en las fronteras para evitar que el germen de la subversión se expanda y se fortalezca; en este caso el teniente Muñoz que desmanteló en Tame una peligrosa célula subversiva que se estaba conformando en un jardín infantil. Para fortuna de las armas de la patria, se ha conformado toda una batería jurídica para defender al injustamente acusado.

Y no debo dejar en el olvido al capitán Rodríguez, quien por razón de las bajas remuneraciones trabajaba de noche en la zona de Potosí desmantelando células guerrilleras y de día con los nuevos exportadores colombianos, entre ellos, Don Diego, el gran empresario valluno.

Se me agota el espacio y debo mencionar aunque sea de soslayo a Jorge, ese buen muchacho, que el expresidente Uribe tuvo a cargo del DAS y que ahora resulta abandonado por quienes lo elogiaban no hace mucho y quien encabezó la limpieza social del área del Caribe.

Credito
CHOLAGOGUE

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