Cuentan en la 12

Dejé mi esquina de la 12 para unirme a la nutrida y justa manifestación de los indignados hinchas ibaguereños, a favor de Wilder injustamente sancionado por un pecado venial.

Si consumir la dosis personal de maracachafa fuera una causa para inhabilitar del ejercicio de sus funciones a las personas, hace mucho tiempo algunos conocidos míos estarían por fuera del escenario nacional, mundial y de las nóminas regionales.

Clinton estaría tocando saxofón en cualquier calle de New Orleans; Bush no habría podido salir de su rancho texano; Obama estaría trabajando como salvavidas en las playas de Honolulu. Seguramente, “Memel” seguiría en la Marina o tomando café en Londres; Ossa no habría llegado a la Contraloría; Vargas Lloras no se habría podido graduar en el Rosario.

Y pasando al plano regional, “Floro” Guillermo y “Piquis” no habrían llegado al Senado, ni “Cayémoslo” a la Gobernación, a pesar de la recomendación  de “Caín”. Y dos codirectores del Banco de la república de cuyos nombres no quiero acordarme, estarían sembrando arroz, antes de llegar el TLC. Porfirio Barbajacob no hubiera podido producir uno de sus mejores libros, sin la ayuda de la musa verde.

Para la Dimayor, Wilder es más culpable por haberse “metido” unos cachos y unas chicharras, que los dirigentes de los equipos profesionales como América, Nacional, Medellín, Envigado, Millonarios, Santa Fe, Pereira, que no se fumaron nada, pero sí dejaron que los dineros producto de la “manda-harina” se metieran a las canchas, para no hablar de los políticos que a sus “espaldas” recibieron contribuciones, camisetas y dineros envueltos en cajas de regalo. Sin contar tampoco con los aspirantes a cargos públicos que hicieron proselitismo de la mano de los Castaño Gil, los jorge 40, los HH y sus “socios”.

Credito
CHOLAGOGUE

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