Elevé una plegaria por la concreción de las iniciativas gubernamentales de crear sedes alternas para la Gobernación y la Alcaldía en otro sector de la ciudad, que serán escenario para la puesta en práctica de los conocimientos de protocolo y etiqueta de las dos primeras damas alternas.

A pesar de que soy uno de los más responsables, asiduos y taquilleros columnistas no fui invitado al tamal ni al concierto. Naturalmente, como siempre, me tocó colarme, disfrazado de vocerito, para poder clasificar al condumio, lo cual me significó salir cargado de Q’hubos y uno que otro ejemplar de EL NUEVO DÍA.

El fin de año y el fin de periodos resultan momento propicio para liquidar el rubro de exaltaciones, reconocimientos, condecoraciones y elogios mutuos. Y como ‘Chucho el roto’ no podía quedarse atrás de esta, tendencia salió a arrrebatarle el récord a Emilio cuando fue Presidente de la Cámara, antes del cambio extremo.

No sé que hacer. ¿Será que debo dejar mi esquina de la 12?

Estaba, como el exresocilizado, releyendo a Dumas padre, para cotejarlo con la última versión de Los tres mosqueteros, que es un montaje escenificado en la villa de San Bonifacio, en donde impera el lema de uno para todos y todo para uno, en la adaptación local.

Parte de mi pensión me la pagan en bonos de Mercacentro, porque yo sí soy tolimense, mis hijos son de aquí y mis votos son por los de aquí.

Esta es mi última oportunidad para cambiar el destino de esta ciudad y pese a no haber figurado en ninguna de las encuestas acomodadas y a que no me invitaron a ningún debate y me tocó colarme, quiero reiterar a mi electorado la invitación a acompañar esta enhiesta candidatura para regir los destinos de la ciudad de López de Galarza y Bretón para los próximos cuatro años.

A falta de iniciativas de desarrollo ciudadano, el heredero universal de la ignorancia de “Cotolramos” organizó, en el mes del Halloween y de la efemérides de esta escaecida Villa del Valle de las Lanzas,

Corría el año de 1550, recién establecida la Real Audiencia en Santa Fe de Bogotá D.C., y como aquel tiempo también había nepotismo y clientelismo ventiao, el oidor Juan López de Galarza encargó al poco hacendoso de su hermano Chucho Ricardo Luis H. Jorge Turbio Andrés la fundación de una ciudad intermedia entre la capital y el virreinato del Perú.

Me cogió la noche para pulir mi programa de gobierno y registrarlo en una notaría y me he dado a la tarea de solicitarle contribución a los amigos duchos en ciertos temas, sobre todo a unos que estudian de noche Derecho.