Del sueño a la pesadilla

En marzo de 2008 un total de 11 millones 289 mil 335 españoles votaron por la continuidad de la propuesta socialista de José Luis Zapatero, quien desde el año 2004 y luego de unos muy atípicos comicios afectados por los atentados del 11 de marzo ha fungido como Presidente del Gobierno de España.

Zapatero, quien hace ocho años reemplazó a Aznar, recibió la mejor herencia económica en la historia de la democracia de España y entró a gobernar un país que se colaba en las grandes ligas, el cual ostentaba unas finanzas lógicas y le apostaba al crecimiento por medio del turismo y la construcción, actividades las cuales le permitieron al país Ibérico alojar a más de 50 millones de turistas por año, generar empleo para mano de obra calificada y no calificada y que se preciaba de tener una renta por habitante superior a la de Italia y similar a la de Francia y Alemania.

Sin importar lo anterior el superávit acumulado fue agotado a punta de políticas erráticas de los socialistas, quienes cancelaron los programas bandera del Partido Popular -Partido de Aznar-, relativizaron la burbuja inmobiliaria que los golpeaba, subvaloraron la crisis europea e implantaron medidas tímidas y luego tardías para enfrentar sus problemas.  


El Psoe –Partido Socialista Obrero Español- luego de dos periodos presidenciales a cargo entrega una España con la escandalosa cifra de cinco millones de desempleados, más de 300 mil familias sin hogar, con la inflación más alta de los últimos 12 años, con casi 10 millones de personas por debajo del umbral de pobreza y –a riesgo de sonar extremista- deja a ese país amenazado de ruina, sin perspectiva de recuperación a corto plazo, con serios problemas de cohesión social y lo que es peor, de identidad nacional.


Este domingo España vuelve a las urnas y se espera –conforme a las encuestas- que el candidato Popular quien desde el 2004 se enfrentó a Zapatero esta vez sí gane. Sin embargo y al margen del resultado electoral, lo dramático es que para este país los próximos años serán amargos, ya que se deberán implementar recortes en todos los programas asistenciales para dar sostenibilidad al funcionamiento del Estado Español.


Este episodio ha traído y traerá grandes desazones a los ciudadanos españoles y como no a los colombianos radicados en España, trabajadores, inmigrantes y estudiantes quienes encontraban en este país el escenario para realizar sus sueños y del cual de golpe los han despertado. Lo difícil de comprender, es que por culpa de un gobierno populista y desmedido, España puso en riesgo las conquistas sociales y el modelo de Estado de bienestar que desde el fin de la dictadura y con esfuerzo habían conquistado.


Debo dejar sentado que conozco del trabajo serio de los Populares y de Rajoy y fui uno más de los beneficiarios de los programas de cooperación internacional de ese país, donde por un año fungí como becario académico del centro de pensamiento y de generación de políticas públicas del Partido Popular, en el cual de manera contundente aprendí que la generación de empleo, la atracción de inversión y el fomento del turismo no se da por suerte y por el contrario se debe a la implementación de un plan de gobierno serio, técnico y con poca demagogia.


La realidad actual de España es difícil y deja como lección que el voto y la política debe ser algo serio ya que determina la vida, el trabajo, las oportunidades y los sueños de varias generaciones. Amanecerá y veremos, lo que sí es claro es que a nosotros como colombianos nos conviene que España prospere y permita a muchos más seguir soñando.

Credito
SANTIAGO LÓPEZ JARAMILO

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