La rentabilidad de lo público

Columnista Invitado

El agua fundamento de la vida y del desarrollo económico, más que un lugar común, es una experiencia vivida en Ibagué, tanto en lo nefasto como en lo positivo.

La empresa que hemos creado para garantizar este camino hacia el desarrollo es el Ibal, pero hace poco la veíamos entregada por partes a intereses del capital privado nacional y extranjero con contratos leoninos y como si fuera poco, al finalizar la administración anterior la fórmula salvadora que proponían algunos era venderla por inviable, a unos privados que, según ellos, sí sabían hacer negocios empresariales, y claro... ...

¡ las propuestas ya estaban listas !

La opinión pública y en ella algunos medios de comunicación se sorprendieron cuando el electo alcalde Guillermo Alfonso Jaramillo salió del empalme del Ibal reafirmando la importancia de esta empresa. La gran diferencia es el concepto de la administración pública, la responsabilidad social con la que se administra y la transparencia que garantiza el bien supremo, el bien común como único objetivo, jamás el bolsillo particular como en otros conceptos impera y como es lógico y legal, pero con el capital privado.

Ahora con la rendición de cuentas bajo el rigor de la norma y los organismos de control, en solo 11 meses, estamos conociendo públicamente el actual Ibal y su nuevo horizonte. La alcaldía Jaramillo le asignó una mano ejecutora de su concepto de lo público, la del ingeniero José Alberto Girón Rojas con conocimiento, profesionalismo y un inmenso compromiso social.

Impacta pero por la positiva y el contundente mejoramiento de los indicadores de gestión. Son ejemplo, la prestación y la continuidad del servicio, que avanzó en un 72%; los acueductos comunitarios reciben del Ibal capacitación a nivel de diplomados y apoyo con la instalación de medidores y potabilización del agua, no son competencia son responsabilidad conjunta frente a la ciudad.

Inversiones atrasadas y sospechosamente entrabadas, como el Acueducto Complementario al cual ya le fue licitada la primera fase ($ 12.500 millones) y la segunda, ya tiene proyecto en el Ministerio de Vivienda. Es una pronta y definitiva solución de agua para las comunas del sur y para la expansión residencial e industrial de la ciudad. La nueva bocatoma Cay está en construcción ( $4.800 millones) y asegura 612 litros por segundo adicionales a la Planta.

El alcantarillado tiene ahora manejo desde lo elemental, por ejemplo, la extracción de basuras de las tuberías conjuntamente con las comunidades, más de 50 toneladas hasta ahora, y grandes proyectos de obras de ingeniería con soluciones al futuro: En ejecución colector El Sillón ($6.300’ millones), tratamiento de aguas residuales hasta en un 95%, para reúso, Agrópolis ($150.000’millones) con sobretasa ambiental y apoyo internacional.

La solidez de esta empresa y la confianza de los usuarios se mide como es normal por sus recaudos, pues de tres mil millones mensuales, en promedio, año 2015 ha pasado a cuatro mil doscientos millones aproximadamente en 2016. Y las utilidades llegan a más de 10 mil millones para esta vigencia. Con una administración seria, respetada por sindicatos y apoyada en una estrategia comercial que dignifica al usuario.

Lo anterior le ha dado la fortaleza para buscar créditos e inversiones cofinanciadas o no. Y a nivel nacional ha asumido las más duras auditorías de Icontec para alcanzar las cuatro más altas certificaciones nacionales e internacionales: normas de calidad, ISO 9001:2015 y NTCGP 1000:2009. Norma ambiental, ISO 14001:2015 y la norma de seguridad y salud en el trabajo, Ohsas 18001:2007.

El desarrollo de la ciudad alrededor del agua, era un llamado en el programa de gobierno del candidato Jaramillo, estructurarlo y realizarlo es el presente en su administración como lo evidencia la gestión del Ibal, además defender el agua de los depredadores y reforestar como inversión nos garantiza el fundamento de la vida digna y el desarrollo.

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