Reflexiones en Navidad

Columnista Invitado

Buenas son las reflexiones, siempre son buenas, pero en estos tiempos navideños todos tenemos mejor disposición. No solo para los temas absolutamente espirituales, es también para ligarlos con el diario vivir.

Escuchamos el llamado a la paz, unos en la voz de los ángeles y otros en voces más terrenales, como la globalización y sus medios sociales o los tradicionales prensa, radio y televisión pero al fin y al cabo escuchamos el llamado, la respuesta es otra cosa.

Impulsados por la historia tenemos la tendencia a exigirles, a quienes pasan por nuestros días, dejando huella de grandeza o de gran presencia… solo sus realizaciones positivas de bien común, y nos cuesta un esfuerzo mayor cuestionar sus aspectos negativos. Muy claro está que no somos jueces, ¡Pero reflexionar no lo pretende!

Por su reconocimiento internacional como estadista y grandes ejecutorias como gobernante el ex presidente Uribe, es un icono de la argumentación para decirle NO al acuerdo de paz con las Farc.

Nos ha demostrado hasta la saciedad que es mejor una capitulación o un sometimiento de ese grupo armado y subversivo, en eso Colombia estuvo de acuerdo cuando lo eligió Presidente dos veces. Seguramente fiel a ese compromiso extendido en el tiempo, pero no en la Constitución, insiste e insiste en ponerle condiciones de sometimiento al nuevo mandato de negociación política, que tiene que tener concesiones y consecuencias políticas.

Pero bueno… por válidas e importantes muchas de sus modificaciones y precisiones, han sido aceptadas por las partes y por los Colombianos en general. Pero como en el Senado de Roma según Cicerón “hasta cuándo Catilina, hasta cuándo”.

Pues desde la misma Roma aparece entonces, un llamado menos que angelical pero para nosotros los católicos, del representante de Dios en la tierra, el Papa. Se conmovió el país ante el anuncio del ex presidente Uribe que también es católico, de su viaje para aceptar la invitación.

Contenidas todas las reflexiones en Colombia, esperamos unas cuantas horas los del Sí, para que el Papa hiciera reflexionar a Uribe y aceptara que no es una entrega y sometimiento, que una negociación política es mejor para los colombianos y para la humanidad.

Nuestras esperanzas tenían un fundamento equivocado, el expresidente salió de viaje a Roma sólo para convencer al Papa de que es mejor seguir en guerra, castigando con las armas a las Farc si no aceptan el sometimiento a unas leyes, que por no aceptarlas se fueron al monte como subversivos y menos concederles alguna razón si pretenden modificaciones políticas en este país.

El doctor Uribe no solo es de los más connotados políticos de Colombia, en estrategias electorales ha realizado las mejores demostraciones exitosas, en lo regional y nacional. Él y quienes tengan o pudiésemos tener una mínima experiencia similar, estamos seguros de que las Farc no son una amenaza electoral para los intereses que él representa.

Entonces, para pensar y solo para pensar, ¿De qué tamaño es ese sentimiento personal que anima al expresidente y con el que hace ingentes esfuerzos para arrastrarnos a todos ?

Pero cuando la inmensidad del espíritu de Navidad nos acompaña, más allá de una reflexión, ojalá encontremos la comprensión y la tolerancia para el doctor Uribe, pero para el país y los niños que vienen, el coraje democrático para forjar una patria de derechos y deberes para todos y por todos aceptados

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