Oasis Santo

Columnista Invitado

Ayudas espirituales: Ejercita una conexión permanente con Dios y los ángeles, no por ráfagas o sólo ante los zarpazos de la adversidad.

Para muchos Dios es un bombero, sólo lo buscan ante una emergencia. La palabra religión en realidad significa relación.

Cultiva una relación de amor con Dios. Pasa de un concepto mental de Dios a una vivencia afectiva, del corazón.

Es lo que han vivido todos los místicos. Teresa de Jesús y Juan de la Cruz hablan de Dios como “mi amado”. También el cantar de los cantares.

Ten un estado de consciencia despierta, un estado de alerta para estar en el aquí y el ahora en la frecuencia del amor.

Persevera hasta que tu mente sólo esté en el ahora, sin culpas por el ayer ni miedos hacia el mañana. Ama el silencio y la soledad.

Logra que la vida sea oración y la oración sea vida. Enriquece tu vida orante con todas las formas de oración: afectiva y meditación.

Oración de alabanza, perdón, gratitud, petición. Aprende a orar en silencio. Cuatro pasos para orar con las letras de papá:

Perdón: se pide y se regala, alabanza, decirle cosas lindas a Dios. Agradecimiento constante. Petición por ti y los otros. Lee más sobre esto en mi libro El sendero del espíritu.

Más ayudas espirituales: Evita que la vida espiritual se deteriore con el virus de la rutina. Enriquécela cada día con: Música espiritual, rituales, buenas lecturas y meditación. Comparte tu espiritualidad con un buen grupo ya que ayuda mucho.

Ilumina tu vida con lindos rituales de los elementos: agua, aire, tierra, fuego o luz. Agua que corre por tu cuerpo, te limpia y se lleva lo negativo.

Aire que respiras conscientemente y te llena de energía. Tierra que tocas y te carga de energía vital.

Abraza los árboles y pide que te den su energía. Fuego que quema lo negativo y luz que trae claridad a tu mente y a tu vida.

También practica rituales con las posturas del cuerpo y con las manos. Inclina la cabeza o el cuerpo como signo de reverencia o adoración.

Separa las manos frente a tu pecho y las unes muy lentamente mientras hablas con Dios y te dices en tu interior:

Mi mano izquierda me representa a mí, la derecha eres tú, Dios mío: siempre unidos. Siente esa unión de amor.

charleschaplin@oasis.com

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