¿Qué pasa con la salud en Ibagué?

Columnista Invitado

Esta pregunta se la debe estar haciendo mucho ibaguereño por estos días, pero me llamó la atención con ella el maestro Manuel Antonio Bonilla, traumatólogo muy reconocido en la ciudad y quien fuera mi profesor de Anatomía hace algunos años, en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad del Tolima. Una respuesta desconcertante pero inmediata que se me ocurre, es que pasa lo mismo que en el resto del país.

Nuestro sistema de salud va de mal en peor, por decir que existe uno, por definición sería un conjunto de órganos que trabajan armónicamente para brindar un resultado en salud. Por ejemplo el corazón, arterias, capilares y venas en el sistema circulatorio. No, en Colombia no funcionan sus órganos, principalmente las EPS que parecieran ser el corazón económico donde se desfinancian las clínicas y hospitales, laboratorios y médicos particulares llamados IPS, quienes prestan los servicios de salud “al debe”.

Después del cierre de la Clínica Minerva y la intervención del Hospital Federico Lleras, nadie se esperaba el cierre de Esimed, antigua clínica de Saludcoop en la calle 60. Han pasado tres meses del sospechoso sellamiento que hizo la Secretaria de Salud departamental y la situación para los más de 300 trabajadores es incierta y desesperante. Tampoco nos esperábamos que Medicadiz, abruptamente iniciara una reducción de personal que puede llevar a la suspensión de su servicio de urgencias. Pareciera que nadie quiere dar una respuesta a los miles de enfermos que vagan de un centro asistencial a otro, muriendo.

¿Qué paso en la Capital Musical? No teníamos ninguna previsión para el coletazo de una crisis nacional, esencialmente del modelo de aseguramiento en salud, que hace rato se derrumbó en las narices del Gobierno nacional y de quienes lo engendraron. Alejandro Gaviria ministro saliente no estuvo a la altura de la situación, por el contrario digamos que “dejo pasar” hechos de corrupción gravísimos y permitió negocios tan torcidos como la venta de Cafesalud, compra hecha con la cédula y revertida hace un mes por la Procuraduría. Quedan en el limbo más de 5 millones de afiliados a la EPS Medimás, que entró al mercado con la promesa de buena atención y lleva en poco tiempo miles de quejas y tutelas.

Con el Gobierno actual llegó al ministerio Juan Pablo Uribe, un tecnócrata que pretende curarle los males –o fallas del mercado- al sistema de la ley 100. Pero estos males no requieren al doctor más sabio, sino más bien a uno que haga lo contrario a la receta del presidente Duque. Bien decía Albert Einstein: “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo.”

Me temo mi querido profesor Matoño que los arreglos que se necesitan empiezan por nosotros mismos, los médicos, los trabajadores de la salud, los empresarios locales que ven sus inversiones hundirse sin remedio.

Coletilla: Como será de oprobiosa la reforma tributaria anunciada esta semana por Carrasquilla que la disfrazaron de ‘Ley de Financiamiento’.

MD Colegio Médico del Tolima

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