El ocaso de Calambeo

Columnista Invitado

La pauta de las calles del área es de espina de pescado; un eje central donde confluyen las vías, caminos o senderos; una parrilla irregular donde su eje norte-sur comunica la ciudad con los cerros tutelares. Este es un lugar privilegiado donde el espacio se debe a las relaciones vividas, recorridas y narradas y donde estas acciones en el espacio no suceden de manera aislada.

Todos los sistemas actúan en forma solidaria. El territorio es un concepto relacional de vínculos, de dominio, de poder, de pertenencia, de apreciación de un determinado sujeto individual o colectivo.

En uno de sus costados fluye el Río Chipalo cuya zona protegida y de vida albergó el asentamiento inicial de Calambeo y en el otro costado se encuentra el Jardín Botánico de San Jorge.

El tema no es describir su situación geográfica, sino tratar de entender cuál es su estado de planificación. ¿Cuál es el gran diseño de ciudad que nos plantea el POT?

No tenemos POT. El Alcalde más nefasto que ha tenido la ciudad aprobó por Decreto, sin mediar discusión en el Concejo, un esperpento elaborado por la Oficina de Planeación del momento. Decreto demandado y ganado por Cortolima.

La ciudad no tiene diseño, pero es que tampoco tiene Oficina de Planeación, porque no se ha revisado el Decreto 823. La ciudad está en el limbo, no tiene una visión concreta. No tiene dolientes en la Administración.

Lo anterior conlleva a que en el sector de Calambeo se arrasa con la naturaleza y se manipulan las fuentes de agua existentes. El área más importante de una ciudad es su periferia, la frontera entre los cerros y una avasallante ciudad que no tiene límites.

Se cacarea con el término de sostenibilidad y se deja al libre albedrío de los constructores el diseño de la ciudad. Que falta de coherencia, que ausencia de planificación ante la fiebre especuladora que se ha apoderado de nuestra ciudad.

Pero, Calambeo también forma parte del centro de la capital tolimense, un centro que se ha rejuvenecido, que se ha densificado, que no ha presentado aún una amenaza para el orden público, es un centro de ciudad vivo, no es un centro en decadencia como ocurre en la mayoría de nuestras ciudades.

Calambeo en el POT del año 2003 era la continuidad de las zonas verdes que comenzaban con el Centenario, continuaban con el Batallón Rooke y terminaban con este sector y su Jardín Botánico; puerta de entrada a los cerros tutelares de Ibagué. Hoy se ha arrasado con la conectividad entre la zona del Jardín Botánico y los cerros.

¿Y este daño ecológico permitido por la Oficina de Planeación como se va a compensar?

Los propietarios están llamados a una postura más firme frente a sus pretensiones para que se aplique al pie de la letra la Ley. Sus propiedades, sus zonas verdes, y la afectación a sus solares han entrado en un detrimento constante.

El municipio deberá responder.

El eje central de Calambeo (calle 19) conduce ya a una congestión de sobrecarga que debe absorber y solucionar prontamente el municipio, como también la ausencia de agua, que es limitada y cada vez es menor.

Una ciudad como Ibagué, está en una situación de transformación permanente y, por así decirlo, irónica. Las ciudades que no han cambiado son ciudades muertas.

No queremos la vejación para nuestra ciudad, queremos una ciudad donde se respete el paisaje, queremos una ciudad saludable con grandes perspectivas, pero no tenemos POT.

Tenemos que poner de relieve nuestra herencia ambiental, necesitamos que Cortolima se pronuncie. Del ocaso no queremos llegar al fracaso de Calambeo.

¿Será que construirán sobre el Jardín Botánico?

 

*Arquitecto Urbanista

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