Riesgo cardiovascular

Columnista Invitado

Médico Internista. Cardiólogo. Ecocardiografísta.

En Colombia, según datos del DANE, las causas de muerte de origen cardiovascular han venido en aumento durante los últimos tres decenios; la primera causa en el periodo comprendido entre 2016 y 2017 fue la relacionada con las enfermedades isquémicas del corazón, seguida de las enfermedades cerebrovasculares. Esto marca un derrotero de trabajo que nos obliga como sociedad a tomar medidas para cambiar este rumbo. Las muertes de origen cardiocerebrovascular son las que comúnmente conocemos como infartos, “preinfartos”, falla cardiaca, hipertensión arterial y trombosis cerebral, entre otras. Se caracterizan por ser graves, incapacitantes, de gran carga social, emocional y económica para el paciente, su familia y para la sociedad.

Es claro, al día de hoy, que la principal medida contra cualquier enfermedad es la educación acerca de ellas: conocer sus causas, la forma en que se previenen y cómo se tratan. Esto es mucho más eficiente que abordar las complicaciones.

Sin más rodeos, debemos decir que las principales causas que ocasionan las muertes de origen cardiovascular yacen en los factores de riesgo asociados, es decir, aquellas características que al tenerlas o al estar expuestos a ellas podrían generar la enfermedad o sus complicaciones. En términos prácticos, dichos factores de riesgo podrían ser agrupados en dos: los modificables y los no modificables. Nos interesan sobremanera los del primer grupo.

Los factores de riesgo modificables son los que debemos y podemos intervenir. Es decir, en general: el tabaquismo, la dislipidemia (colesterol y/o triglicéridos altos), la hipertensión arterial (tensión alta), la diabetes mellitus (azúcar alta), el sobrepeso o la obesidad, y la vida sedentaria (no tener actividad física rutinaria).

Existen escalas para predecir la probabilidad de que nos ocurra algún evento cardiocerebrovascular. Se trata de fórmulas que, aplicadas por el personal de la salud, nos pronostican en un determinado tiempo la probabilidad de que nos ocurra algo. Ya sabiendo que existen estos factores, que hay forma de identificarlos y de calcular el riesgo global, el siguiente paso es asistir a su médico(a) de cabecera, solo él/ella podrá orientarlo apropiadamente en el contexto de la consulta médica acerca de cuáles factores presenta usted, y cuál es la manera más segura de corregirlos. De ahí en adelante, como fruto de una relación médico/paciente ética, usted, bajo la orientación de profesionales de la salud, podrá sumar años a su vida, pero en especial, calidad de vida para usted y para sus seres amados. Y podrá ser más útil a esta sociedad que tanto necesita de su aporte.

Comentarios