El acuerdo nacional de Duque y la paz

Columnista Invitado

Un acuerdo nacional debe ser entre todos los sectores políticos incluida la oposición para dar un marco jurídico y político a los diferentes conflictos que vivimos, buscando mecanismos incluyentes y participativos para su erradicación y señalando caminos no violentos para lograr solucionarlos.

No más violencia que nos ha traído destrucción y muerte. Sí a la paz. “La paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento”. La Constitución de 1991 lo que hizo fue convertir la paz en un derecho universal al reconocerla como derecho humano. En su escrito sobre la guerra Estanislao Zuleta expresó: “La erradicación de los conflictos y su disolución en una cálida convivencia no es una meta alcanzable, ni deseable; ni en la vida personal - en el amor y la amistad -, ni en la vida colectiva.

Es preciso, por el contrario construir un espacio social y legal en el cual los conflictos puedan manifestarse y desarrollarse, sin que la oposición al otro conduzca a la supresión del otro, matándolo, reduciéndolo a la impotencia o silenciándolo”.

La difícil situación que durante décadas nos ha oprimido. Necesitamos lograr un auténtico clima de convivencia; no es necesario reiterar las dolencias y flagelos de las gentes ocasionados por la violencia política. Basta afirmar que el sur de Tolima, tuvo el período más largo de violencia de todo el país; las características brutales e irracionales que nos dejó el fenómeno violento en el Tolima fue destacado por muchos libros, ensayos y artículos periodísticos, no sólo en el país sino en el exterior.

La barbarie dirigida por los sectarismos políticos de la época dejó como saldo en nuestra tierra profundas huellas que hoy se expresan en la conducta cultural de nuestras gentes y la violación sistemática de los derechos humanos y fundamentales de la dignidad humana.

Hay que defender y apoyar el acuerdo de paz firmado en La Habana, para poder entrenarnos en vivir en paz y no dejarnos llevar por el resentimiento, necesitamos un renovado espíritu civilista que promueva el perdón y la reconciliación de víctimas y victimarios.

La Justicia Especial para la Paz es el organismo creado para la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición enmarcados en la justicia internacional y en el derecho internacional humanitario.

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