Ibagué musical, festiva y saludable

Columnista Invitado

Ibagué celebra sus fiestas tradicionales este mes de junio, con demostraciones de conservación de costumbres tolimenses y gran arraigo cultural.

Nuestras costumbres, debido a comportamientos excesivos, nos están ocasionando enfermedades; y es nuestro deber como médicos y como ciudadanos, procurar por la buena salud. Debemos realizar cambios cruciales y sustanciales en nuestra forma de pensar, actuar y sentir, para lograr un cambio radical que nos lleve a lograr la sostenibilidad de nuestra comunidad.

Las fiestas nos traen muchas alegrías, esparcimiento y diversión, pero a la vez, nos llevan a conductas inadecuadas, insalubres, riesgosas e irresponsables, que ponen en juego la salud individual y colectiva.

Un ejemplo de estas conductas se encuentra en nuestra comida tradicional. Su ingesta en exceso nos puede llevar al desarrollo de sobrepeso, obesidad y, probablemente, a la diabetes, la insuficiencia renal y la diálisis. De igual manera, a hipertensión arterial, ateroesclerosis cerebral y cardíaca. El departamento del Tolima encabeza la lista de estas enfermedades en el territorio nacional.

La danza, un hábito saludable, tiene su contraparte: la rumba, la cual nos induce a situaciones de riesgo y abuso, y puede generar accidentalidad, maltrato, depresión, vicios y consumo de alcohol, tabaco y psicoactivos. A ello se suma la promiscuidad, el abuso sexual, y, con ellos, el embarazo pre y/o adolescente, el no deseado y las enfermedades de transmisión sexual (ETS).

La música tradicional, que emociona y recuerda la forma de ser, el terruño, la familia y los valores, se escucha en muchos hogares, con volumen extremo, y el ruido conlleva a sordera, la mala convivencia y la intolerancia.

Los paseos familiares, mediante los cuales se busca sol, piscina, contemplación o deporte, tan saludables, pueden ocasionar accidentes viales por falta de precaución, quemaduras solares o daño al medio ambiente.

Son agradables nuestras fiestas, la exaltación de nuestras costumbres, pero debemos celebrarlas en forma saludable, en paz, en armonía, sin tomar riesgos innecesarios. Fiesta no es sinónimo de desorden, maltrato, riesgo o abuso.

Los tolimenses debemos cambiar nuestro comportamiento. Nuestros comerciantes y empresarios deben mejorar la entrega de servicios y colaborar al desarrollo y crecimiento de una Ibagué saludable, admirada por el mundo.

Las mesas de trabajo lideradas por las Secretarías de Cultura deberán continuar haciendo ajustes a nuestras fiestas sin perder el arraigo. Sugiero restaurantes y hoteles con comida típica balanceada o sin exceso. Tablados populares que muestren danzas típicas con profesionales que enseñen a las personas. Llevar a cabo concursos de karaoke con música tradicional y de bailes tradicionales. En establecimientos y sitios públicos reproducir música tradicional y nacional. Por último, realizar una cabalgata “ciclotón” sanjuanera por la ciclovía. Y un día sin carro el día del desfile principal.

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