Hay que rescatar los fueros del partido Liberal

Columnista Invitado

Un día como hoy hace 171 años se fundó el Partido Liberal Colombiano. En el año 1848, por don Ezequiel Rojas, ideólogo, protagonista de las ideas de avanzada en esos tiempos, el liberalismo nace como defensor de las clases populares, de los derechos humanos y de las libertades.

Su ideario ideológico se ha desfigurado y sus luchas sociales en defensa del Pueblo y de las clases menos favorecidas.

Hay que volver por sus fueros y sus luchas con justicia social y por una verdadera participación política de todos los sectores y matices liberales que se deben reagrupar en procura del mejoramiento de las condiciones básica insatisfechas que el Estado Social de Derecho tiene el deber de cumplir; interpretando al pueblo en procura de una mejor calidad de vida de todos sus congéneres para lograr conquistas sociales, populares, el desarrollo humano, el emprendimiento, el empleo, el fortalecimiento de la economía solidaria y la defensa de los recursos naturales y ecológicos.

El partido Liberal colombiano ha representado en otras épocas la defensa de los intereses sociales de los sectores menos favorecidos de la sociedad colombiana, hoy sus luchas por la reinvindicación del pueblo se han venido a menos. La política, se ha desacreditado por cuenta de los malos políticos y de la mala política. La política se ha degradado y la mayoría de los políticos se han desprestigiado.

Es imperioso rescatar y dignificar la política, cambiando las costumbres políticas. No más politiquería que tanto daño le ha hecho a la sociedad colombiana.

El liberalismo sigue vigente y su partido histórico se debe redireccionar en su ideario ideológico para que siga contribuyendo al desarrollo integral de las regiones y de la sociedad colombiana.

La paz es el más sublime derecho que tenemos todos y hay que seguirla tejiendo para lograr una paz duradera con inclusión y participación política. Si a la Paz y no a la Guerra.

Y, termino con una frase del inmortal Caudillo del Pueblo doctor Jorge Eliécer Gaitán. “Nada más cruel e inhumano que una guerra. Nada más deseable que la paz. Pero la paz tiene sus causas, es un efecto. El efecto del respeto de los mutuos derechos”.

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