¡Se nos vencieron los términos!

Columnista Invitado

En nuestro país, la realidad muchas veces supera la ficción y una muestra más de esta dura realidad nacional es que adolecemos de la aplicación ineficaz de la justicia poniendo de moda la tendencia a permitir el vencimiento de términos; la cual se ha convertido en la llave de los más corruptos para salir de la cárcel.

Es importante aclarar, que esta figura no se puede satanizar, puesto que es un derecho y una garantía que tenemos todos; lo que es reprochable, es el abuso de esta y la ineficiencia de los operadores judiciales.

En el abuso de esta figura jurídica, participan casi todos los actores de la justicia.

Claro, quienes primero arman la estrategia son los abogados, que utilizan el paso del tiempo como arma de defensa de sus clientes; dilatan y dilatan los procesos hasta que el delito se esfuma o es reemplazado por los “términos”. Es decir, desenfocan a los jueces y fiscales para que estos se ocupen de los miles de recursos interpuestos y no del delito inmerso. Es una grieta que usan los penalistas, como llave de las celdas.

Esta jugada jurídica, es una artimaña digna de patentar en Colombia y que ha sido usada en los últimos años por los protagonistas de los grandes escándalos de corrupción; como Interbolsa, cartel de la contratación, Reficar, Estraval, SaludCoop, entre otros y por supuesto toda la trama del “cártel de la toga” en la que se encuentran involucrados altos magistrados, que de antemano sabían que delinquir paga porque a la postre -vía vencimiento de términos- todos quedarían libres en sus casas o en el exterior.

No nos dejemos engañar; vencimiento de términos no es inocencia y en este juego de roles en el que el manejo del tiempo es el objetivo, todos perdemos. Pero sin duda, la solución, no sería “vender el sofá” pues la culpa no la tiene el vencimiento de términos, que consiste en el tiempo que necesita un acusado y un juez para determinar si es culpable o inocente; cuando la verdadera responsabilidad está en la Fiscalía que por su afán de protagonismo no es competitivo en dar las pruebas o en el juez que le hace juego al abogado que “quema tiempo”. No culpabilicemos a ese tiempo de juzgamiento, responsabilicemos a las artimañas de los abogados, jueces, fiscales inoperantes y al Consejo Superior de la Judicatura que no aplica las sanciones correspondientes.

Lo cierto es, que no podemos seguir viendo a los grandes responsables de la corrupción, quienes se han robado nuestros impuestos, en la calle como si nada; almorzando en los mejores restaurantes, viajando, disfrutando de lujos en forma desmedida; riéndose de todo un pueblo. Señores: ¡Se nos vencieron los términos!

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