La indagatoria

Columnista Invitado

Si nada extraordinario ocurre, el próximo martes 8 de Octubre, el expresidente Álvaro Uribe Vélez, acudirá al llamado que le hace la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia. Se trata de un tema inédito, y que despierta la atención de propios y extraños. Lo paradójico del asunto, es que quien fungía como denunciante, termina siendo el investigado.

En el mundo de los juristas, sabido es, que la diligencia de inquirir, como también se le llama a la indagatoria, es ante todo un instrumento de defensa. También que las medidas de aseguramiento que tanto desean los malquerientes del expresidente Uribe, son la excepción, y no la regla. Sin embargo, para muchos, ser llamado a indagatoria, y no a versión libre como hubiere sido lo procedente, constituye un mal presagio, que asocian, con el advenimiento de una medida privativa de la libertad.

Debo expresar sin fundamentalismos ni apasionamientos, que CREO EN LA INOCENCIA DEL EXPRESIDENTE URIBE. Vale decir; con el exmandatario se puede estar de acuerdo o en desacuerdo; pero lo que no pueden desconocer ni siquiera sus más caros contradictores políticos, es que se trata de un contendor frentero y combativo, que lejos está de incurrir en los punibles de fraude procesal o de soborno, por cuanto se trata de atajos o caminos espurios, que en su vida nunca transitaria, pues el respeto por la institucionalidad y la coherencia son sus banderas, con la que permanentemente da ejemplo; lo cual sugiere, que no se permitiría ni siquiera a sí mismo, proceder en dicho sentido.

Como colombiano, tengo plena conciencia del país que recibió el expresidente el 7 de agosto de 2002, y del que entregó el 7 de agosto de 2010; en honor a ello, no haré otra cosa el próximo martes, desde muy temprano - por simple y llana gratitud de la buena-; que elevar una plegaria al altísimo para que el creador lo ilumine. Dios siempre premia y acompaña a la gente buena; no cabiéndome duda, que en esta oportunidad, ello será lo que ocurrirá

Por lo demás, creo que el expresidente Uribe, saldrá airoso, fortalecido y legitimado de dicha diligencia, como salió el mariscal Gilberto Alzate Avendaño de la famosa indagatoria que tuvo lugar, coincidencialmente un 8 de octubre pero de 1943, en la cual entre otras cosas al ser preguntado por quienes eran sus amigos, contestó: “En Caldas tengo amistades con todo el mundo, inclusive con mis deudores, cuyos autógrafos conservo. Puedo decir más fácilmente los nombres de mis enemigos, que están muy bien escogidos”.

Excongresista

Comentarios