El ocaso de un concurso

Columnista Invitado

Todo lo ideado por la especie humana tiene un comienzo, su clímax y ocaso o decaimiento. De eso está siendo testigo el país en el caso del Concurso Nacional de la Belleza, que si bien nació en 1934, la primera que fue elegida señorita Colombia, Yolanda Emiliani Román, duró 13 años de reina pues solo hasta 1947 se volvió a celebrar tal certamen.

A partir de entonces brotó el entusiasmo por la elección y coronación de la Señorita Colombia, ello se convirtió en un importante certamen en el que emulaban las diversas regiones del país y desde los años 50 del siglo XX fue uno de los eventos más significativos de Colombia.

Durante buen número de años dicho reinado tuvo inmensa importancia en el acontecer nacional y era raro encontrar un colombiano que no supiera quién era la Señorita Colombia y lo ocurrido en cada certamen.

Desde principios de los años 50 y hasta finales de los años 80 del siglo pasado, dos eventos fueron seguidos con gran entusiasmo en el país: el Concurso Nacional de Belleza y la Vuelta a Colombia en bicicleta. Hoy, a finales de la segunda década del siglo XXI, a ambos les pasó ya su hora y van camino del ocaso, cada cual por razones diferentes.

Antes, muchas colegialas coleccionaban recortes de prensa de los reinados de Cartagena; hoy, las adolescentes coleccionan otras cosas pues nada permanece estático, los tiempos cambian.

El reinado no logró superar debidamente la “caza” que emprendieron los narcotraficantes tras las reinas, sus directivos no otearon el cambio de los tiempos, insistieron en que todo siguiera siendo igual que hace 70 años y el certamen tomó camino de su crepúsculo.

El reinado hoy solo es un hecho más, dejó de ser el hito que fue. Quienes crecimos en la segunda mitad del siglo XX, tenemos en la memoria lo que fue durante su clímax.

munozserpa@hotmail.com

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