La culpa no es de Petro

Columnista Invitado

La culpa no es de Petro, es de quien cree que el presidente de Colombia va a solucionarlo todo en cuatro años, de quien cree que las instituciones del Estado no se conforman de personas iguales a todos nosotros, de quien cree que la estructura del Estado cambia porque cambia un congreso, de quien cree que la educación está diseñada para informarse y no para formarse, de quien cree que la minería es lo único que contamina, de quien cree que el grafiti es arte, de quien cree que la paz se firma en un papel, de quien cree que siempre tiene la vía, de quien cree que la vida de un policía vale menos que la de un civil, de quien cree que darle en la jeta al contradictor tiene un excusa, de quien cree que participa cuando acusa, de quien cree que lidera cuando grita, de quien cree que es importante por los “likes” que logra.

El ser humano siempre ha buscado excusas. Todo el tiempo. Todas ellas buscan justificar los errores cometidos, lo que no hice, lo que no logré, lo que debió haber hecho el otro y no yo. Vivimos comparándonos permanentemente con los espejismos de las redes sociales y actuamos con inmediatez solo para sentirnos escuchados e importantes. Inmersos en el mundo de las comparaciones, la excusa se convierte en la justificación para no valorar lo que tenemos, para no entender que todo es un proceso duro, difícil, sin asistencialismo y sin anestesia. Esto es el mundo, a todos nos toca vivir las preocupaciones a diferentes escalas. No se trata de líderes políticos, ellos solo se alimentan de almas débiles y con esperanza de seguir excusándose.

La culpa no es de Petro. Él es solo la razón que necesitamos para excusarnos y escapar de nuestra realidad, esperando que pase algo extraordinario que cambie nuestras vidas. Momento que nunca va a llegar. Lo extraordinario se construye día a día, de sol a sol, sin descanso, sin festivos, sin marchas, sin cacerolas. La culpa no es de Petro, él solo necesita a quienes quieran excusarse. ¿Cuál es tu excusa?

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