20/20

Columnista Invitado

En pocos días, terminará un año más, y arrancará uno nuevo; el 2020. Para algunos, es un hecho simple y básico, que constituye un mero registro temporal, que da cuenta únicamente, del periplo que la tierra hace alrededor del sol, en función del movimiento conocido como “traslación”, que tarda 365 días, 6 horas, 9 minutos, y un poco más de 9 segundos, para llegar de nuevo al punto de partida e  iniciar un nuevo ciclo.

Para otros - no necesariamente supersticiosos- es un momento cumbre, que marca un antes y un después, constituyendo dicho punto de quiebre, un motivo o una oportunidad, para tomar un nuevo impulso en búsqueda del bienestar y de la felicidad, lo cual supone necesariamente poner de nuestra parte para que se registren los CAMBIOS esperados, pues como decía Einstein: “Locura es hacer lo mismo una y otra vez, esperando obtener resultados diferentes” o “No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo”. 

Ahora bien, para ejecutar cambios de cara al nuevo año, debemos tener disposición y una gran visión, en lo posible 20/20. Quienes superamos los 40 años de edad, por lo general hemos visitado al oftalmólogo, por cuanto hemos empezado a experimentar una pérdida de agudeza visual, que se refleja en el esfuerzo que debemos hacer, para enfocar los objetos cercanos. Esto debido, a la pérdida de flexibilidad y endurecimiento del cristalino, que se le conoce también como presbicia o vista cansada. Y si bien es posible que muchos ya no tengamos esa vista ideal 20/20; lo que sí puedo asegurar, es que el año 2020 que nos llega, será el mejor de todos, pudiendo divisar, visualizar y ejecutar, tantas cosas buenas y grandes como queramos. Cosas importantes por hacer en la vida hay demasiadas; no necesariamente aquellas en las que con frecuencia nos obsesionamos. 

Si le damos una mirada al entorno, e incluso a nuestro interior - lo cual paradójicamente podríamos hacerlo hasta con los ojos cerrados -, podríamos corroborar con la visión 20/20 del Corazón y de la Razón, que el año venidero si nos lo  proponemos, será mucho mejor que el anterior, aunque no tanto como el siguiente. Todo es cuestión de Fe, de actitud y de aptitud.

Por el bien de nuestros conciudadanos, esperemos que los gobernantes de todo el país que están ad portas de posesionarse, tengan visión 20-20, durante todo su cuatrienio, para trabajar con esmero y dedicación, en esa bonita pero difícil labor, que es administrar lo público, que es lo de todos. Ojalá enfoquen su mirada hacia adelante, y no se concentren en el retrovisor, pues cuatro años se pasan volando. 

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