En un mundo pragmático hay que tener metas, no sueños

Columnista Invitado

Se deben tener metas, no sueños; pero que sean con impacto en la colectividad, no en los individuos. Este es el nuevo paradigma cuya aplicación resulta indispensable, dado que involucran nuestras metas en el mundo pragmático. Los sueños ya no son de recibo en el mundo práctico; son bienvenidas las metas. Este es el nuevo modelo que estamos llamados a implementarlo, un nuevo paradigma.

Se coincide con la reflexión ofrecida por el profesor Hoover Wadith Ruiz Rengifo al advertir que “hemos pasado de los sueños a las metas en este mundo pragmático y eso está demostrado”. De esta manera, es necesario que los sueños se transformen en metas. Esta metamorfosis es propia de un mundo pragmático, de un mundo práctico más que filosófico.

He afirmado, y seguiré afirmando, que las metas son del mundo pragmático, los sueños son del mundo de la filosofía. De ahí la ventaja de aplicar metas, porque uno se vuelve práctico. No es productivo esperar que los sueños se cumplan. “Hay que ser prácticos”, como advierte el profesor Hoover.

Así que en un mundo pragmático hay que tener metas, no sueños. He sostenido, y seguiré sosteniendo, que no hay que dejar en mente nuestros propósitos concretos, sino ponerlos en práctica y esto es pragmatismo. Este es un nuevo paradigma que se debe difundir desde la academia; aunque algunos afirman que es conveniente aplicarla desde los hogares. ¡Estoy de acuerdo!

Se afirma que el mundo práctico está asociado con la globalización. La globalización se identifica con la evidente comunicación entre las economías y culturas, con el mayor conocimiento e intercambio de fenómenos culturales, económicos, políticos y sociales. La globalización no es un fenómeno ideológico, sino que es producto del progreso social y de las innovaciones.

El mundo práctico se identifica entonces con la evolución de la globalización. Por esa evolución, el mundo de ayer no es el mismo de hoy. Si aceptamos que las metas son del mundo pragmático, entonces en la evolución de la globalización se deben tener metas, no sueños.

Por la evidente evolución de la globalización estamos llamados a competir. Es por ello que si queremos competir se deben tener metas, no sueños. Para competir hay que ser prácticos. Hay que poner en práctica nuestras metas. En un mundo pragmático se necesitan competidores, no soñadores. No es bueno esperar que los sueños se cumplan. Eso está comprobado. Por eso tiene razón la alumna Mariel Castro Garzón al señalar que “en este mundo globalizado no necesitamos soñadores, sino emprendedores y competidores”.

Es por ello que es una ventaja para nosotros si nos formamos bien (no es formarnos, sino formarnos bien) en los avances de las tecnologías y comunicaciones (TIC). Estos avances son propios de la evolución de la globalización, así como del mundo pragmático. Lo anterior implica que los profesionales que actualicen o formen bien en TIC y ponen práctica sus metas, serán profesionales exitosos en un mundo globalizado, en un mundo práctico más que filosófico.

Se tiene entonces que en este mundo pragmático hay que tener metas, no sueños.

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