Empleo y desempleo

Columnista Invitado

Se inició un nuevo año y nuevos gobiernos en lo local y departamental, en el caso de Ibagué, nuestra ciudad, lamentablemente vuelve a ser noticia nacional en virtud al índice de desempleo con el cual cerró el 2019, de 100 residentes en la ciudad, 15 de ellos en edad y capacidad de trabajar no encuentran empleo digno y decente, según informe del Dane, convirtiéndose así en la segunda ciudad del país en este ranking nada grato.

Este hecho obliga a un análisis desde lo técnico, para lo cual se hace necesario recordar los dos conceptos base: Empleo y Desempleo. Se entiende como “empleo toda actividad donde una persona es contratada para ejecutar una serie de tareas específicas, por lo cual percibe una remuneración económica”, y como “desempleo, el número de personas en edad de trabajar que se encuentran en un paro forzoso, al margen de cualquier actividad productiva y, en consecuencia, sin posibilidad de generar ingresos propios”.

En virtud a lo anterior, se infiere que el desempleo se presenta cuando existe un número mayor de personas en condiciones de trabajar con relación al número de puestos de trabajo a la vista, es decir, es mayor la oferta de mano de obra. Viene aquí la pregunta, por qué se presenta esta situación y puntualmente por qué se presenta este hecho en nuestra ciudad.

A mi modo de ver considero que Ibagué al tener un perfil de ciudad comercial más allá del 90%, le es difícil generar nuevos puestos de trabajo para su población en condiciones de trabajar, lo que no sucede en ciudades cuyos perfiles son industriales o al menos han logrado un mix interesante de desarrollo entre lo industrial, lo comercial y el sector primario.

En este sentido cabe la pregunta: ¿Qué han realizado los dirigentes de la ciudad, gubernamentales y no gubernamentales en cuanto a definir el perfil de la ciudad con el objetivo de incentivar la llegada a Ibagué de inversores interesados en montar nuevas unidades de negocios en virtud al perfil de la misma? Que interesante sería definir el perfil de nuestra ciudad, y mucho más si a este se le incluye una cuota industrial dado que el sector secundario de la economía tiene mayor posibilidad de generar nuevos puestos de trabajo que el mismo sector comercial, en virtud a su necesidad permanente de innovar, investigar en aras de generar nuevos productos con el fin de lograr permanecer en el mercado a través de la satisfacción de las necesidades de sus clientes; a manera de ejemplo, Industrias Alpina.

Como tal, se hace necesario definir el perfil de la ciudad e implementar un plan estructural que facilite el alistamiento de la misma en virtud al perfil definido que integre infraestructura y servicios (vías, energía, agua, conectividad), de tal manera que la ciudad sea atractiva para los inversores industriales, plan que debe estar acompañado de una relación de estímulos en términos de bondades tributarias que haga mucho más atractiva a la ciudad. Esto implica igualmente la implementación de acciones de mercadeo de ciudad tal, como lo tienen ciudades como Barranquilla o Medellín por nombrar dos de ellas.

Ibagué no puede seguir sin definir su perfil, recordemos que quien “no sabe para dónde va, cualquier camino le sirve” o “cualquier actividad que realice se puede considerar relevante”. De otra parte, nada se saca con reconocer que Ibagué tiene una ubicación geográfica estratégica si a la misma no se le agrega valor, recordemos que toda visión requiere de acción, seguimiento, retroalimentación y ante todo compromiso real y cierto de su clase dirigente, tanto gubernamental como empresarial, acompañemos con acciones planeadas y ciertas, los ejercicios de visión que se han realizado hasta la fecha. Manos a la obra.

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