Peligro para todos

Columnista Invitado

Hay un virus que se contagia mucho más rápido que otros y que, al parecer, es mucho más contundente que la mayoría: se llama pánico.
PUBLICIDAD

Recientemente el gobernante venezolano, Nicolás Maduro, aseguró que el coronavirus “es un arma de guerra biológica contra China”, una tesis que han repetido muchos sin tener mayor fundamento que la especulación.

Esas palabras, y muchas otras, no son más que la estrategia usada para hacer más eficaz el virus del pánico.

El temor al coronavirus, el más reciente virus descubierto en China, a comienzos de diciembre del año pasado, ha tomado fuerza en la humanidad al mismo tiempo que se han expandido los rumores sobre su origen, su letalidad, su tratamiento y muchas cosas más; y, como ha sucedido en los últimos años, nada más poderoso que las redes sociales para expandir mentiras y engaños que desatan el pánico.

El Covid-19, como fue denominada oficialmente esta cepa del patógeno, ha cobrado la vida de alrededor de 3 mil personas y ha infectado a más de 80 mil en los primeros tres meses de haber sido descubierto en humanos; y, ya se ha expandido a más de 50 países, lo que hace que esté a punto de ser declarado como pandemia por la Organización Mundial de la Salud. Aunque no debemos bajar la guardia y la pregunta no es si llegará el virus a Colombia sino cuándo, al momento de escribir esta columna solo un colombiano, integrante de la tripulación del Diamond Princess, crucero atracado en costas de Japón, estaba contagiado con la enfermedad.

No hay vacuna existente, no hay un tratamiento exclusivo comprobado; se originó en un murciélago que lo transmitió a otro animal —al parecer un pangolín—, no es un arma biológica, su período de incubación es de alrededor de 14 días; se transmite por contacto físico o cercanía igual que cualquier virus gripal, son solo algunas de las verdades comprobadas hasta el momento.

Si de buscar males se trata, después del virus del pánico habría que preocuparnos más por el virus de la xenofobia. El Covid-19 ha llevado a que en muchos países los ciudadanos chinos sean estigmatizados, rechazados o señalados, como si fueran los únicos portadores de la enfermedad, sin entender que los más de siete mil millones de habitantes de este planeta podemos padecerla y llevarla sin saber.

No es China el único país donde se puede incubar una nueva enfermedad, y esa es una realidad irrefutable. Hay momentos en que la humanidad debe actuar unida para lograr mayor fortaleza, y la llegada de un nuevo virus debe ser, innegablemente, uno de esos. Por ahora, para evitar el contagio y disminuir la rapidez con la que se ha ido expandiendo, el método más eficaz es uno de los más sencillos y antiguos: lavarse generosamente las manos con agua y jabón y usar desinfectantes a base de alcohol, lo que mantiene protegida a cualquier persona, no solo del coronavirus sino de cualquier otro virus o bacteria.

La humanidad, cada vez con mayor acceso a la información y con mayor ciencia y tecnología, está también cada vez más expuesta a mayores engaños. La tarea es prepararnos para enfrentar eficientemente el coronavirus sin desatar olas de pánico ni de xenofobia, que no hacen más que dañarnos como sociedad.

JUAN CARLOS AGUIAR

Comentarios