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Con la llegada del barretismo a la Alcaldía de Ibagué, se pretende entregar a las empresas de transporte asociadas en Sitsa, el negocio del recaudo del Setp. El viceministro de Transporte, Juan Camilo Ostos, y el propio alcalde Andrés Fabián Hurtado, ya han dicho en múltiples ocasiones que el jugoso negocio del recaudo se quedará en manos de los empresarios privados.
Es decir, el Municipio, a través del Ente Gestor, ya no recibiría la plata que paguen los ibaguereños por montar en bus para reinvertirlo en el mejoramiento del sistema, sino que todos esos recursos seguirán yendo a los bolsillos de las 7 fami-empresas de transporte que conforman Sitsa.
¿Pero por qué es tan preocupante que Sitsa se quede con el negocio del recaudo? Porque experiencias como las de Armenia, Santa Marta, Cartagena, Cali y, la más notable de todas, Bogotá, han demostrado que regalar el recaudo a las empresas privadas deriva en una pésima prestación del servicio, y quien no lo crea solo tiene que echar un vistazo a TransMilenio.
Si le entregamos el recaudo a Sitsa, tenemos que hacernos a la idea de que Ibagué tendrá un Setp mediocre para nada acorde con las necesidades de la ciudad. Si esos dineros quedan en bolsillos privados, como pasa hoy en día, los ibaguereños debemos olvidarnos de tener una flota moderna no contaminante (gas o eléctrica), rutas alimentadoras, campañas de cultura ciudadana, eficiencia y oportunidad del servicio, entre muchos otros aspectos.
Pero para ocultar esta nefasta idea, la administración Hurtado se ha encargado de lanzar cortinas de humo y ha convertido en un hecho mediático la conformación del Ente Gestor. A través del gerente encargado, Leopoldo Alfonso Lannini (hermano de Olga Lucía Alfonso, directora de Cortolima), se ha perseguido a los profesionales contratados para ejecutar todo lo relacionado con el Setp; arrasando de paso con sus derechos laborales.
Alcalde ¡No condene a los ibaguereños a tener un sistema de transporte obsoleto, contaminante y con altas probabilidades de fracaso!
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