Solidaridad y liderazgo

Columnista Invitado

En definitiva las crisis requieren liderazgos sólidos, en algunos casos autoritarios, pero no arbitrarios.
Son un escenario perfecto para medir las capacidades y habilidades de aquellos a quienes desde el poder popular les hemos concedido esta dignidad.
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Algunos estiman que el dominio sobre las turbulencias es atribuible a la experiencia, otros a la formación y al conocimiento, pero a veces solo se necesita: sentido común.

Este contexto, apenas necesario para hablar de la gestión que sobre la crisis por el Covid-19 en Ibagué ha hecho la primera autoridad del municipio, el alcalde Andrés Fabián Hurtado.

Hay que reconocer que estamos frente a la toma de decisiones nada fáciles, pero ahora como en ningún otro momento se necesita agudeza mental, sabiduría y sensatez.

Nada tiene que ver con posiciones ideológicas o distancias políticas, menos cuando estamos llamados a la unidad, pero es un deber cuestionar la actitud mezquina y egoísta con la que recientemente se ha manifestado el mandatario frente a sus conciudadanos al considerar inamovibles los plazos para la tributación sobre el impuesto predial.

Parece que el Alcalde viviera en una dimensión desconocida y se olvidara que atravesamos por una crisis económica y social sin precedentes, en una ciudad que, por demás, registra elevadas tasas de desempleo e informalidad.

Es indolente e irresponsable precipitar a los propietarios (en su mayoría mayores de 70 años) que no dominan la utilización de medios tecnológicos de pago a desplazarse hasta una sede bancaria para cumplir con su obligación.

Los ibaguereños nos hemos caracterizado por un buen comportamiento de pago en nuestros impuestos. No queremos evadir la contribución y menos pedirle que nos exonere de nuestros impuestos, sabemos que el municipio los necesita más allá de que como dicta la experiencia sea para despilfarrarlos o mal invertirlos. Pero en coherencia con las decisiones del Gobierno nacional y las prioridades del momento es su deber extender los plazos para responder a estos tributos.

Alcalde, vivimos un momento para el que ninguno quizás estaba preparado y resulta francamente impensable que al mejor estilo de la ministra, Alicia Arango usted privilegie las finanzas, el recaudo y el dinero sobre la integridad y las necesidades del pueblo que le eligió.

Su argumento sobre la imperiosa necesidad de captar recursos para atender la emergencia se cae de su propio peso.

Son varios los departamentos y municipios del país que enfrentan el mismo desafío y el gobierno central está obligado a financiar la atención de sus requerimientos, una tarea que solo demanda gestión administrativa y acompañamiento de la dirigencia política. En otras palabras, el trabajo para el que fue elegido. A estas alturas es claro que sus anuncios han estado enmarcados por reiteradas rectificaciones, y en el marco de la emergencia por tardías actuaciones a la hora de expedir los decretos correspondientes y muy endebles manifestaciones de autoridad frente al cumplimiento de las disposiciones adoptadas para protegernos de la pandemia.

Así que sin el ánimo de reprocharle, no importa si debe recular una vez más, para actuar esta vez del lado de la gente.

Ingeniero Hurtado, honorables concejales, la solidaridad debe materializarse más allá del discurso en gestos y acciones desde lo que la ley les permite, ahora es cuando para ponerse a la altura de las circunstancias.

ANDRÉS FORERO

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